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El arte y la lucha social, la resistencia y la manifestación cultural conjuntos en Tenochtitlán la Grandeza de un pueblo, espectáculo multimedia de teatro, danza y música, que surge como manifestación de los pobladores originales de la ciudad, para mantener vivas las tradiciones y reivindicarlas en la actualidad, indicaron en conferencia de prensa Fabiola Poblano Ramos, presidenta del Consejo de Pueblos y Barrios Originarios del Distrito Federal y el director de la obra, Juan Guerra.
Ambos anunciaron también la realización del Congreso de Pueblos Indígenas, al que acudirán delegados de todo el país, y concluye el 26 de julio con una ceremonia conmemorativa por el aniversario de la fundación de México-Tenochtitlán, en el Zócalo de la Ciudad de México.
Tenochtitlán la Grandeza de un pueblo se presentará en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, el domingo 25 a las 17:00 horas, en el marco del Primer Congreso de Pueblos Originarios y Núcleos Agrarios, que se lleva a cabo en la Ciudad de México del 23 al 26 de julio. Ambos eventos son gratuitos y estarán abiertos a todo el público.
Juan Guerra, productor y director del espectáculo, también director de la compañía Cosmodanza, comentó que en este nuevo espectáculo se hace converger a la cultura, la política y el arte, mediante una conjunción de la tecnología, la herencia ancestral y las tradiciones, para mostrar la concepción que nuestros antepasados tenían sobre la vida, ya que para ellos “no existía el arte despegado de la política o de lo social”.
Tenochtitlán la Grandeza de un pueblo rastrea a través del tiempo la trayectoria que ha seguido la construcción de la Ciudad de México, mediante una visión no cronológica de diversos pasajes históricos, a partir de cuatro etapas fundamentales: cosmovisión, resistencia, sincretismo y esperanza.
Se incluyen artes escénicas como la danza y el circo prehispánicos, la tecnología 3D y la música, en la que destaca la participación del cantante Gabino Palomares. A través de elementos vivenciales a cargo de grupos de tradición que no suelen presentarse en público, se muestran por primera vez canciones y fragmentos musicales rescatados de la tradición oral, modificados de acuerdo con el contexto social que siguió a la conquista, aclaró Juan Guerra.
En la obra se abordan pasajes recientes de la historia de la ciudad, como el movimiento estudiantil de 1968, así como referencias a las guerras de Independencia y la Revolución Mexicana, como una reflexión sobre lo que los mexicanos han hecho durante 200 años, pero no como un festejo, sino como un reclamo por la deuda histórica que se tiene con los pueblos y barrios originarios del Distrito Federal”, concluyó.
