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Metepec, México, 13 de sept. 10.- El reclamo social es acabar con la tala ilegal y su comercialización, por ello desde que la federación facultó al Estado de México con el Convenio Asunción de Funciones, la Protectora de Bosques (Probosque) inspecciona minuciosamente madererías, carpinterías o aserraderos a fin de verificar estén legalmente establecidos y el primer requisito es que tengan el permiso expedido por el Ayuntamiento.
Así lo dio a conocer Jorge Rescala Pérez, director de Probosque, al poner en marcha el Taller de Procedimientos, Normatividad y Recursos Legales de los Trámites Ante Dependencias Federales y Estatales, con la presencia de la Cámara Nacional de la Industria Maderera, así como dueños y representantes legales de madererías, carpinterías y aserraderos.
Rescala Pérez explicó que el propósito del taller es orientar a quienes se dedican a la comercialización de materias primas forestales, a fin de no ser sorprendidos por falta de conocimiento ya que en ocasiones no saben qué papel deben presentar y Probosque los orienta al respecto. “Queremos que sepan cuáles son sus obligaciones y, a partir de ello, se hagan responsables de su venta legal de madera”, expresó.
Acompañado de Miguel Ángel Alonso Hernández, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Maderera; Humberto Bucio Garfías, tesorero; Enrique Téllez Pacheco, vicepresidente; Miguel Carpizo Macgregor, consejero; Leopoldo Olivero, consejero; Héctor Albíter Silva, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Maderera, delegación Estado de México; Víctor Hugo Reza García, director de Protección Forestal, y Arturo Beltrán Retis, director de Restauración Forestal, Rescala Pérez, señaló que a partir del Convenio de Asunción de Funciones, en tres años de acciones Probosque ha cerrado más de 15 aserraderos, “cierre definitivo y la incautación de material y maquinaria por estar fuera de la ley”.
Señaló que una prioridad del gobierno estatal es fortalecer las relaciones con sector industrial, específicamente con la cadena productiva forestal, por tal motivo Probosque refuerza las actividades del ramo desde el primer eslabón, que son los aprovechamientos forestales y la transformación de las materias primas en los aserraderos y fábricas, donde se generan esos productos.
Dijo que además de impulsar los aprovechamientos forestales sustentables como fuente de empleo parea quienes viven del bosque, ya que este comercio repercute directamente en los indicadores sociales económicos de las comunidades y en la persistencia de la cubierta forestal, mediante la comercialización de los productos forestales, se produce una derrama económica tanto para el medio rural como urbano, ya que se abastece de materia prima legal a la industria forestal establecida y a la del embalaje, así como a la industria del ramo como son carpinterías, madererías y otros comercios de esta importante actividad.
Por ello, la necesidad de tener una comunicación más cercana con empresarios para que regularicen sus negocios y conozcan cuáles son los documentos indispensables para no caer en la ilegalidad. “Somos estrictos y nos apegamos a la ley, es preferible ser más minuciosos durante las inspecciones que pecar de inocente”, dijo y explicó en este negocio muchos establecimientos de la madera son ilegales y es necesario ser muy estrictos con la documentación, a fin de evitar la venta de madera proveniente de la tala ilegal.
Asimismo, por iniciativa del gobierno estatal la Protectora de Bosques se comprometió a elaborar un manual, a fin de responder a las dudas de los industriales de la madera respecto a la compra de materias primas forestales para su comercialización.
Explicó que con las inspecciones Probosque no pretende ser punitivo sino preventivo, “la intención es que todos los negocios trabajen con madera ilegal, ya que cuando no pueden comprobar ciertos requisitos, por falta de conocimiento o porque nunca se les ha hecho una inspección, desconocen pareciera que están dentro de la ilegalidad.
Al respecto, Miguel Ángel Carpizo Macgregor, consejero de la Cámara Nacional de la Industria de la Maderera, dijo que la competencia más desleal son los negocios ilícitos, ya que compran madera de contrabando en el mercado negro y, entonces, esas madererías no tienen ningún control fiscal, municipal o delegacional y, mucho menos, controles forestales, además de ser quienes más dañan al bosque y a las selvas, porque comercializan madera de tala ilegal.
