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José Luis Rojas
Esta tarde fueron encontrados los cadáveres de dos hombres en avanzado estado de descomposición, con evidentes huellas de haber sido ejecutados y enterrados clandestinamente, estos fueron encontrados en una narcofosa, localizada al final de la calle Los Sabinos, en la barranca del mismo nombre del Ejido de San Antón, municipio de Cuernavaca en los limites con el municipio de Temixco.
Luego de que un infante vecino del lugar hiciera el macabro hallazgo y avisara a sus padres, estos dieron aviso a los cuerpos de seguridad, de que en este lugar, localizado entre los límites de los municipios de Cuernavaca y Temixco, había dos cadáveres enterrados en una fosa clandestina, advirtiendo que únicamente uno de estos había quedado con la cabeza expuesta.
Luego del aviso poco después de las 13.00 horas, los peritos y agentes investigadores de la Procuraduría General de Justicia, tardaron por lo menos tres horas en llegar y localizar el lugar, y tras exhumar el primer cuerpo, localizaron el segundo, encontrando a ambos atados de pies y manos y cubierto el rostro con cinta canela.
Por el avanzado estado de descomposición no se pudo apreciar a simple vista si tenían algún impacto de bala, por lo que será hasta que se les practiquen las pruebas periciales de rigor en que se pueda establecer la causa de muerte, el tiempo que tenían de haber fallecido y sus características personales, como la edad.
OTRO CASO.
Ayer mismo pero a partir de las 10.00 horas, se informó a las autoridades del hallazgo de otro cadáver en la barranca La Colorada en la colonia Lázaro Cárdenas del Río de Cuernavaca, municipio de Cuernavaca en los limites con el municipio de Temixco.
Se trató del cadáver de un hombre de entre 55 y 60 años de edad, que se presume pudo haber caído a la barranca y del golpe haber perdido la vida, pues en sus manos llevaba una receta médica a la que ya no se le pudo apreciar ninguna letra porque la humedad la había borrado.
La víctima vestía pantalón de mezclilla, playera negra, era de tez morena clara, cabello escaso cano y a simple vista no se le apreciaban heridas, más que un fuerte golpe en la cabeza que se cree se propino al caer.
Hasta ayer por la tarde este cadáver como el de las otras dos víctimas permanecían en calidad de desconocidos en las instalaciones del Servicio Médico Forense de la Procuraduría General de Justicia.
