Cuando no hay coordinación entre las diferentes dependencias del gobierno, es difícil hacer planes que vayan más allá de sus gestiones y sean respaldados con una decisión de cabildo para sobrevivir, concluyó Guadalupe Lozada León, Coordinadora de Patrimonio Artístico, Cultural e Histórico de la Secretaría de Cultura en la lectura, realizada la noche de ayer en el Ex convento de San Bernardino de Siena, del Pueblo de Xochimilco, declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO desde 1987.
Como parte de las discusiones llevadas a cabo en el Congreso Ciudades Patrimonio Mundial en Iberoamérica, a manera de conclusión se reafirmó al patrimonio como una entidad viva que evoluciona y se transforma con arreglo al devenir de los tiempos. Uno de los principales retos que enfrenta, se dictó, es la valoración del capital destinado a éste, por lo que se vuelve indispensable conciliar el interés histórico y el económico.
“La salvaguarda del patrimonio debe ser un proceso que armonice lo público y lo privado, reconociendo como prioridad el beneficio colectivo. Además de que las ciudades inscritas como Patrimonio Mundial, debieran obligarse a conservar y rehabilitar las zonas históricas urbanas y preservar sus espacios públicos, ya que en ellos se manifiesta la vida de las ciudades”, puntualizó Lozada León.
Entre las fuerzas dilucidadas, se mencionó la necesidad de educar a las nuevas generaciones sobre la protección del patrimonio, incorporando estrategias de aprendizaje y enseñanza que propicien la sensibilización y apropiación del lugar donde viven, “pues en ellos descansa el futuro de los pueblos. En el momento en que un niño se haga dueño de su patrimonio y lo sienta como parte de su vida, será mejor conservado, pues ellos lo van a defender. Hay que dar motivos a la ciudadanía para que defiendan su patrimonio y lo hagan parte de su orgullo personal”, abdujo la también historiadora.
También se mencionó la importancia de crear estrategias gestoras que incluyan la participación social, ya que la fuerza del imaginario de los pueblos se debe oponer a la urbanización desmedida. “La ciudadanía debe de retomar un papel más relevante en el diseño de políticas de protección patrimonial, para que éstas tengan permanencia más allá de los límites de las administraciones gubernamentales”.
En la generación de recursos destinados a la salvaguarda y conservación, se sugirió fomentar la competitividad turística de las Ciudades Patrimonio, y para ello se subrayó indispensable invertir más en la producción de materiales de divulgación que faciliten la aproximación a la riqueza patrimonial de cada región. Entre los recursos mencionados, se sugirió utilizar la tecnología al servicio del patrimonio, como es el caso de la digitalización y manejo de los acervos gráficos.
Asimismo se consideró vital concientizar que los recursos naturales representan una condición sin la cual la sustentabilidad de las ciudades y de su patrimonio sería impensable: la protección del patrimonio debe contemplar la rehabilitación de los espacios en abandono, y se debe priorizar entre aquellos sectores más necesitados y con mayor problemática social.
Otro de los puntos sustanciales del Congreso, finalizó la Coordinadora de Patrimonio Artístico, Cultural e Histórico de la entidad de Cultura, fue el intercambio de opiniones generado con gente de otros países, así como la divulgación entre ellos de las maravillas patrimoniales y naturales que hay en la Ciudad de México, como es el pueblo de Xochimilco, sede seleccionada para el cierre de este Congreso.
Además de entender que otras ciudades comparten los problemas que también los mexicanos padecemos, éste es un primer paso, dijo, pues se conjugaron fortalezas en la conservación, preservación y difusión del patrimonio. Y como puntos por alcanzar, expuso, es necesario continuar en la búsqueda de recursos y que todas las autoridades de cualquier nivel, así como la iniciativa privada, se involucre en la conservación del patrimonio.