Juan vende tamales en el zócalo de Cuernavaca desde hace 24 años, cada mañana pone su puesto y trabaja al menos cuatro horas, pero en este día, en pleno febrero hace su agosto, se levanta desde la madrugada para poder surtir los pedidos que en un día como hoy se triplican.
“…mira normalmente trabajamos entre 6 horas todos los días, pero hoy este día es doble, por lo mismo, que es día especial pues, normalmente vendemos como cien y hoy? Lo triple, y cuánto tiene que trabajar? Desde temprano a los 3 de la mañana eh? Y hoy hasta las 12 más o menos.” Así lo dijo, Juan, vendedor de tamales.
Muchos recurren a los vendedores y es que no es tarea fácil. Mezclar, amazar, preparar las salsas, las rajas, rellenar las hojas de maíz, cocinar a vapor, a fuego lento, son sólo parte del ritual que implica el cumplir, con honor el compromiso de quienes, en día de reyes, tuvieron la bendición de sacar el “muñequito” y hoy tienen que pagar.
a través de los siglos cada pueblo hace a su modo, esta fiesta católica, y los tamales son una deliciosa herencia prehispánica pues en estas fechas se pedía a los dioses buen temporal con ofrendas de maíz.
la parte religiosa no se deja de lado, hoy es el día de la virgen de la candelaria o de la luz y se conmemora la presentación del niño dios al templo, a los 40 días de nacido, de la navidad.
“…bueno más que tamales mas que vestir al niño, perdón pero tenemos que decir la verdad, más que disfrazar a los niños es ese sentido de presentarlo al servicio de Dios es lo importarlo vestirlo como bebe y llevar a los niños de carne y hueso, a nuestro hijos, sobrinos, primos a pedirle a Dios la bendición para ellos…” así lo expresó, Alberto Vázquez , sacerdote.
Por este motivo, es que se viste a los niños dios de gala, lo que también se ha convertido en tradición y cada quien le pone la ropa que quiere, desde santos hasta futbolistas y si es necesario, gastan hasta 200 pesos o más.
“…yo lo quería vestir del niño doctor, pero no lo tienen ahorita lo voy a vestir de Cristo Rey lo vestí hace un año porque era nuevo lo vestí de ropón, y cuánto cuesta la ropita, ahorita me esta diciendo el señor que 220…” así lo mencionó, Amanda Robles, ama de casa.
“…nosotros tenemos 30-40 años de vestir niños, la tradición viene desde nuestros abuelos alguna vez me han pedido que los vista de futbolista o de otra cosa? El año antepasado si nos pidieron, no recuerdo de qué equipo, pero el favorito usted sabe que la vida ha subido mucho entonces nosotros teníamos desde 10- 20 pesos ahorita los de 20 ya valen 40 y 50…” así lo dijo, Filiberto Aguirre, comerciante.
En este día, el aroma a salsa verde, roja, a dulce a mole, se extiende por oficinas comercios y hogares, es una tradición que sirve de pretexto para comer rico y para compartir con compañeros, amigos y familiares.