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Tarde de triunfos y gloria para el mejor rejoneador del mundo, el español Pablo Hermoso de Mendoza y el matador Federico Pizarro, quienes se convirtieron en los triunfadores de la corrida de toros, del pasado fin de semana en la ciudad de Cuernavaca.
Ante una extraordinaria respuesta por parte de la afición en Morelos, con una plaza llena y más de 4,000 almas reunidas en la plaza portátil, el rejoneador Hermoso de Mendoza, fue el máximo ganador con 4 orejas y 2 rabos, para sus astados.
Mientras que el diestro matador Federico Pizarro, alcanzó el triunfo, en el séptimo toro de la tarde, el cual regaló el matador y que resultó a la postre su mejor actuación, al cortarle el rabo y oreja, y salir en hombros de la plaza.
En el cartel, también se contó con la actuación del matador Alberto Espinoza “El Cuate”, quien no tuvo mejor suerte con sus toros, sin embargo, también se mostró entregado y voluntarioso.
La extraordinaria cuadrilla de montas presentada por Pablo Hermoso de Mendoza, con sus alternancias, fue sin duda quien se llevó la tarde, el cariño, reconocimiento y aplausos del respetable, quienes lo despidieron materialmente de píe y a hombros de la plaza.
Crónica completa de la corrida:
Fueron 7 ejemplares: 3 Coatzamalucan y 4 de los Encisos.
Y el cartel, Pablo Hermoso de Mendoza, Alberto Espinoza “El Cuate” Y el maestro Federico Pizarro. Quienes realizaron el paseíllo con respeto ante los mas de cuatro mil espectadores.
EL primer burel en pisar la arena fue “Primavera”, Un ejemplar negro de 480 Kilos con un brío impresionante.
Es Federico Pizarro, el maestro, quien lo recibe de cara y con un capote guindilla le da los primeros pases…. Se escuchan los primeros oles de una plaza llena hasta las banderas.
Un toro nervioso que Federico Pizarro brindo al respetable…
Después del primer tercio, Pizarro logra demostrarle a primavera, quien es el mandón.
Dos Pases largos marcan la faena. Pases que son rematados con una verónica al puro estilo del maestro.
Y cumpliendo con todos los tercios se tira a matar.
Pincha en el primer intento, pero en el segundo la estocada es afondo.
El premio; Una Oreja
El segundo de la tarde es “Juanito”, un ejemplar de 400 kilos que sale a encontrarse con el hombre a caballo; Pablo Hermoso de Mendoza, quien no espero a que el toro le diera la oportunidad. En la primera de cuentas lo alcanza para mostrarle los primeros pases.
Al segundo tercio el rejoneador, logra un perfecto par de banderillas y luego otro como pintados sobre el burel.
Es ahí donde Uno de los cuatro caballos del rejoneador marca el paso al ritmo del pasodoble que retumba en la plaza.
No falto la oportunidad para que Hermoso de Mendoza le diera la vuelta en la cara del toro con rapidez y maestría.
Una estocada a fondo y la gran faena, logro que el juez de plaza recompensara a Pablo Hermoso de Mendoza con las dos orejas y el rabo.
El tercero de la tarde “Morelense” Un burel de 475 kilos muy renegado.
Toco a Alberto Espinoza “El Cuate”, quien lo recibe con un engaño que casi hace caer de rodillas al toro.
Después “El Cuate” lleva al astado centro de la plaza, donde lo pone a sus ordenes. Haciendo un gran esfuerzo le saca algunos pases de pecho que remata bien lo que le mereció una oreja.
Ya con el cielo anaranjado, sale “Cuauhtémoc” de 490 kilos. El cuarto de la tarde.
Federico Pizarro lo recibe de rodillas suerte a la que el burel responde solo despeinando al matador.
Faena llena de verónicas, muletazos, banderillas perfectas y un astado que termina por entender quien da las ordenes, cuando Federico Pizarro se pone de cara al toro.
Falla en la primera estocada, pero la segunda es hasta la empuñadura lo que no dejo conforme al matador y regala un toro.
El quinto de la tarde “Pablo” de la ganadería de Los Encisos”, Fue para el rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza quien brindo todo un espectáculo.
Con sus elegantes corceles mostro su gallardía no solo en el enfrentamiento sino también en la maestría con la que bailaban para el respetable. Primero “El Sinaloense” Y después El Brinco del Chinelo”, pieza representativa de la entidad con la que el rejoneador rindió un tributo a su afición.
La faena… Espectacular, El español saco el mayor provecho a un toro que resultó respondón.
Lo llevó siempre de cara y al pinchar lo hizo a fondo lo que le valio las dos orejas y el rabo.
Y para cerrar la tarde, después del atardecer, el maestro Federico Pizarro cumplió con su palabra.
Puso en la arena al toro que regaló. Un astado negro con pintas blancas de mas de 400 kilos al que Federico sacó el mayor provecho. Los oles sonaban uno detrás de otro ante el dominio del hombre sobre la bestia al que el maestro le dio varios paseos. Y después de cumplir con los tercios, se tira a matar haciéndolo al primer pinchazo lo que le mereció una oreja y el rabo.
