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En medio de un fuerte olor a putrefacción y de consignas de Organizaciones Civiles en contra de la matanza de animales de manera cruel, autoridades estatales, municipales y comercializadores de la carne se reunieron esta mañana en el rastro de Cuernavaca.
Tras varios minutos, acordaron asistir el próximo lunes a la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios y presentar los documentos que permitan la reapertura del rastro.
“Viendo que esto se cumpla al pie de la letra, viendo que no hay respuesta de la COFEPRIS, pensaremos que quizá hay otras cuestiones ocultas por ahí y volveremos a tomar las acciones que consideremos prudentes”, detalló Rafael Zepeda Aguilar, abogado de la unión de comercializadores de la carne.
El subsecretario del ayuntamiento de Cuernavaca, Martín Carvajal, confirmó que el olor a putrefacción provenía del rastro, de las 32 reces a las que se les encontró clembuterol y por las que se clausuró el lugar.
“Que la carne que detectó esté totalmente incinerada, que esté totalmente limpio y pueda ya checarse la observación para que pueda cerrar el acta que se levantó”, expuso Martín Carvajal, subsecretario del ayuntamiento de Cuernavaca.
A gritos, los integrantes de las organizaciones protectoras de animales, exigieron castigo para los comercializadores que mataron al cerdo a la puerta de Palacio de Gobierno.
“Nosotros vamos a tratar de hacer todo lo que podamos en cuanto a las leyes no podemos movernos de otra forma y son asesinos porque la manera de matar, porque asesinar a un animal es lo mismo que asesinar a una persona”, declaró un manifestante.
