Ingenieros de diversas especialidades plantearon nuevas soluciones al tratamiento de aguas residuales en México —iniciativas que ya forman parte de experiencias a nivel nacional e internacional— al destacar la urgencia de que, en el corto plazo, se logre una cobertura de saneamiento del 60 por ciento.
En la mesa de discusión Experiencias, Avances y Oportunidades en el Tratamiento de Aguas Residuales, organizada por el Instituto de Ingeniería (II) de la UNAM, se señaló la necesidad del uso de tecnologías innovadoras y, al mismo tiempo, el cambio en la participación de empresas privadas en este rubro, con el objetivo de obtener líquido más limpio en más regiones del país.
La contaminación de los mantos freáticos, desperdicio por fugas, sobreexplotación de los acuíferos, agotamiento de fuentes suministradoras, infraestructura obsoleta para su administración y escasos recursos para la operación, obligan a establecer medidas especiales para el desarrollo de proyectos que brinden mejores resultados, sin que ello implique privatizaciones, y con el propósito de que, en menos de tres años, se llegue al 60 por ciento de agua residual tratada.
En su intervención, Simón González Martínez, investigador y coordinador del área de Ingeniería Ambiental del instituto, dijo que hasta hace 30 años este proceso de saneamiento no se conocía. No obstante, las condiciones actuales obligan a que el líquido exhiba ciertas características para que la población no corra riesgos.
En el encuentro realizado en el Auditorio José Luis Sánchez Bribiesca de la Torre de Ingeniería, explicó los métodos usados y se refirió a la planta instalada en Ciudad Universitaria, que consiste en un sistema rotatorio para la limpieza hídrica, en cuyo fondo se inyecta aire a presión y en el que se evita la acumulación de microorganismos en las estructuras.
Al respecto, subrayó que ésta, como otras instalaciones en México, son muestra de las innovaciones tecnológicas, con éxito comercial, realizadas por universitarios.
González Martínez indicó que en 1980 se abrieron los procesos anaerobios en las plantas y actualmente son los que se usan en casi todo el mundo, y refirió que Brasil es el que cuenta con más instalaciones de este tipo.
En su intervención, Roberto Contreras Martínez, titular del Programa de Agua Limpia de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), dijo que para el 2010 se trataba sólo el 44.8 por ciento del total de los líquidos residuales, y reconoció que la meta es llegar al 60 por ciento en el corto plazo.
Sin embargo, calculó que de acuerdo a las nuevas plantas proyectadas, para 2013 se alcanzará un 63 por ciento, debido a que uno de los principales retos es mejorar la planeación y condiciones que persisten en varias regiones del país, como la península de Baja California, donde se registra una deficiencia importante, pues aún se usan fosas sépticas.
Entre los retos, aseveró, figuran el fomentar acciones que permitan reestablecer el equilibrio ecológico, realizar programas a largo plazo, eliminar la regulación innecesaria e inhibidores de inversión, simplificar los procesos de contratación que permitan impulsar proyectos de rentabilidad social, utilizar esquemas de financiamiento privados (como complemento de los recursos federales) y aprovechar la capacidad instalada.
En su exposición sobre el Fondo Nacional de Infraestructura. Inversión Público-Privada en Infraestructura para el Tratamiento de Aguas, Rafael Guerrero Flores, del Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras), comentó que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) constituye un fondo que administra la institución para el desarrollo de proyectos en comunicaciones, transporte, agua, medio ambiente y turismo.
Guerrero Flores aclaró que en el caso de los proyectos de agua se hacen aportaciones por parte de Banobras, pero no espera recuperar el dinero, pues se trata de una subvención, y respecto a las empresas privadas participantes, tienen un plazo de hasta 20 años para operar la planta y rescatar sus inversiones.
En los próximos tres años, el gobierno federal invertirá 15 mil 145 millones de pesos para 14 plantas, y con ello, se espera alcanzar una cobertura de saneamiento de 60 por ciento.
Fernando González Cáñez, de la empresa Degremont, reconoció que la inversión privada en plantas de tratamiento es altamente rentable, mientras que los organismos operadores (como los municipios) han registrado en los últimos 10 años problemas por la falta de recursos para infraestructura de este tipo.