La mano que utilizó Jorge “Chatón” Enríquez para empujar la pelota al fondo de las redes, fue la misma que utilizó para llevársela al oído derecho y realizar su festejo ante una enloquecida tribuna, que no veía la forma en que México le pudiera cambiar la cara a la situación.
Con un equipo descompuesto y mucha más fortuna que buen futbol, México superó por 2-1 a Ecuador, en el debut del Tri en “La Fiesta de América”.
El equipo de Luis Fernando Tena nunca fue superior al Campeón defensor del futbol panamericano, pero aprovechó el error de los sudamericanos en una pelota parada, para empatar y un rebote de la pelota en la mano de Jorge Enríquez, para cerrar el resultado.
México cantó el “Cielito Lindo” al mismo tiempo en que se embolsó los primeros tres puntos del torneo panamericano, con el fin de enfilarse rumbo a la clasificación, en un encuentro donde no mereció el triunfo.
En el cotejo, los verdes quedaron a deber: no fueron tan ofensivos como prometió Luis Fernando Tena, sino que fueron enjundiosos. No hubo superioridad, solo hubo suerte.
Lo más importante era conseguir la victoria, y se logró el objetivo, a pesar de que muchos elementos necesarios que acercan a un equipo a lograr los tres puntos, han quedado como una asignatura pendiente para el Tri.
Ecuador se puso al frente muy temprano, evidenciando las carencias defensivas de los mexicanos, en un trazo frontal del zaguero John Narváez, quien puso la pelota en tres cuartos de cancha, evidenciando a Hiram Mier y su mala cobertura.El regiomontano fue anticipado por Luis Congo, quien llegó a la pelota y tocó sobre la salida de Jesús Corona, poniendo a sudar al equipo de Luis Fernando Tena.
México respondió al 24’, en cobro de un tiro de esquina desde la derecha. Jesús Zavala peinó la pelota en dos ocasiones, con un poco de suerte. En el segundo remate de testa, cedió la pelota para Oribe Peralta, que anticipó por arriba a la defensa y la incrustó en el ángulo superior izquierdo del guardameta John Jaramillo.
En el resto de la parte inicial, México se adueñó de las acciones, su potencial ofensivo creció paulatinamente, aunque no con la contundencia y potencia necesarios.
En el final de la parte inicial, Michael Jackson Quiñonez, al 44’, probó suerte desde lejos, con un potente disparo desde las afueras del área, a lo que Corona respondió poniéndole los puños al impacto del ecuatoriano.
Pero todo se desmoronó en el segundo tiempo: México perdió idea, potencial ofensivo y claridad con la pelota en los pies. México se dedicó a jugar al pelotazo, a correr y a trabar.
Uno de los llamados a ese trabajo fue Jorge Enríquez, quien al final del día, y casi sin querer, cumplió con el trabajo.
Al 65’, México se perdió la más clara del encuentro, en los pies del “Cepillo” Peralta. Tras un gran pase de Jesús Zavala, superando por encima a la defensa, y al quedar mano a mano con el guardameta, el de Torreón no pudo acomodarse para definir cómodo.
Cuando parecía que se le acabaron las opciones y la esperanza de ganar al Tri, apareció el antebrazo salvador del de Mexicali.
En el minuto 80’, tras el cobro de un tiro de esquina por la derecha, apareció el remate de cabeza de Araujo, pero el arquero rechazó, con tanta suerte que el esférico se impactó en el antebrazo del “Chatón”, para mandarla al fondo de las redes, ante los reclamos de los ecuatorianos.
México sumó sus primeros tres puntos, pero con muchos temas por resolver, entre ellos el más importante: mejorar su juego colectivo, y depender menos de la suerte.