Naturales o artificiales, los árboles de navidad son parte fundamental para muchas familias durante las fechas decembrinas. Ante la necesidad de realizar acciones a favor del medio ambiente ¿por qué no adornar tu casa con un árbol que pueda regresar a producir oxígeno?
Adquirir un pino natural nos puede hacer pensar que estamos contribuyendo a la deforestación de México, pero no es así si los compramos en maceta con la garantía de que regresarán a los terrenos destinados para que continúen con su misión, la producción de oxígeno. Tomando en cuenta que la compra de un pino artificial no biodegradable afecta más el ambiente porque se depositará en la basura cuando su vida útil llegue al final.
Existen empresas impulsadas por jóvenes emprendedores comprometidos con la ecología, que venden árboles en maceta y con raíz, para que puedan volver a ser plantados después de las fechas decembrinas en donde México lo necesita o bien, plantados por los mismos dueños.
En México, 2 millones de árboles son talados para su comercialización durante noviembre y diciembre, mismos que dejan de producir oxígeno para 100, 000 personas al día. Por si fuera poco, a un árbol de navidad le toma entre 7 y 9 años alcanzar la altura promedio (1.70 metros) para convertir el CO2 en oxígeno.
Según la Comisión Nacional Forestal, la plantación de pinos en el Distrito Federal, aún con fines comerciales, ayuda a frenar el crecimiento de la mancha urbana al impedir el cambio de uso de suelo rural a urbano. Además más de 200 familias se benefician económicamente de la producción de pino sólo en el Distrito Federal, pues la actividad genera alrededor de 500 empleos temporales.
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