Incomunicados es como continúan los poblados de Santiopa y Ajuchitlán, en Tlaquiltenango, debido a las intensas lluvias registradas el lunes 1 de octubre, y cuyos daños materiales son incuantificables. El desgajamiento de cerros ha provocado que una gran cantidad de piedra y tierra mantengan bloqueados hasta la fecha vados y caminos, impidiendo el tránsito de vehículos automotores, ya sean de transporte público, de carga o particulares.
Fuentes de la dirección de Protección Civil de Morelos han descartado la pérdida de vidas humanas, sólo daños en cultivos y la muerte de animales de consumo humano.
Desde la mañana de este miércoles 03 de octubre, una brigada conformada por elementos de Protección Civil, la Comisión Estatal del Agua y Medio Ambiente, la Comisión Nacional del Agua, de las secretarías de Salud y Obras Públicas, y autoridades municipales de Tlaquiltenango, realizan labores de rescate de las vías de comunicación, tratando de abrir incluso caminos alternos pero para ello se necesita de maquinaria pesada la que hasta el momento no ha llegado.
El Gobierno estatal ha enviado hasta esta región una planta potabilizadora de agua, mientras se normaliza la situación y la gente pueda hacer sus labores cotidianas, ya que por el momento no pueden salir más que montados en burros o caballos.
El ayudante municipal de Ajuchitlán, Cirilo Quintero Girón, mencionó que debido a este desastre natural dos personas con enfermedades graves y que necesitan de tratamientos hospitalarios pudieron haber resultado seriamente afectados pero la organización entre vecinos ayudó que los enfermos fueran llevados a los hospitales, donde fueron debidamente atendidos.
Al día de hoy, alumnos de escuelas rurales asentadas en estas comunidades se quedaron sin clases, registrándose también serias afectaciones en un centro de salud comunitario.