Más de 70 millones de sustancias configuran el universo de la química, una ciencia fundamental que estudia la materia, su composición, estructura y propiedades, así como las reacciones que generan las moléculas que la conforman, afirmó José Luis Mateos Gómez, profesor emérito de la Facultad de Química (FQ) de la UNAM.
“Materia es cada cosa que nos rodea, e incluso nosotros mismos; entonces, la química está en todo”, consideró el académico, tras asegurar que a los profesionales del ramo les interesa la orgánica e inorgánica, saber cómo funciona, cómo se transforma, cómo se fabrica, para qué sirve, y buscar nuevos usos para aplicarla.
Nuestro organismo está hecho de proteínas, carbohidratos, agua, sangre y minerales como calcio, sodio y fósforo, “pero del mismo modo, un microorganismo está hecho de sustancias químicas, y también el Universo, el Sol y la Tierra”, apuntó.
A diferencia de otras ciencias básicas como la física, las matemáticas y la biología, esta disciplina históricamente ha tenido una relación muy cercana con la sociedad, “porque ha hecho una industria sólida y diversificada, relacionada con los alimentos, las medicinas, el petróleo, los materiales, es decir, insumos de la vida diaria”, acotó.
Esta diversidad también se ha traducido en más de 20 especialidades, como la ingeniería química y las ramas de químicos metalúrgicos, biólogos, farmacéuticos, todas asociadas con necesidades específicas del sector productivo.
“En esta profesión estamos vinculados con la industria y la sociedad, el 95 por ciento de nuestros egresados trabajan en compañías de diferentes especialidades, mientras un cinco por ciento se dedica a la docencia y la investigación”.
Ligada a la transformación, avanza junto con el desarrollo; por ello, sus campos específicos han pasado de áreas tradicionales, como la metalurgia y el petróleo, a otras de avanzada, como la biotecnología.
“Desgraciadamente, ahora en México se comercializa; cada vez hemos sido menos productivos y más comercializadores, y eso no es favorable. Antes, el sueño dorado de todo profesional era tener una fabriquita, pero ahora es trabajar en una gran empresa y comprar productos chinos para venderlos en otro lado. Importamos más, y muchos profesionales se dedican a ello, más que a producir”, criticó.
A nivel científico, en el país ha crecido, y en este siglo, la biotecnología y la bioquímica son las áreas de más proyección, junto con la farmacéutica, subrayó.
Día del Químico
Al evocar el Día del Químico, a conmemorarse este primero de diciembre en varios países, Mateos comentó que la efeméride se festeja en México para destacar la importancia de los profesionales de ese campo en la sociedad.
“Soy de la generación 1949-1952, me recibí de químico en 1953. Tengo 59 años de profesional y en mi etapa de estudiante se comenzó a hablar del Día del Químico. En el país lo celebran básicamente las asociaciones profesionales, y en menor medida las escuelas y facultades del ramo. Es una celebración discreta, más bien social”, abundó.
Experto en estereoquímica, rama que estudia la forma que tienen las moléculas, Mateos ha sido profesor de la FQ por más de 40 años, además de investigador en el Instituto de Química de esta casa de estudios.
“Nuestra Facultad, que inició en 1916, es la más grande y antigua del país. Ofrece cinco carreras, ocho programas de posgrado y tiene seis mil 500 alumnos, 275 profesores de tiempo completo y 150 técnicos académicos”, recordó el universitario, que participa en la elaboración de un libro sobre la historia de esa entidad, que estará listo dentro de tres años, para los festejos de los primeros 100 años de la FQ.