Casi… Hace unos años, científicos de la Universidad Carnegie Mellon (EE UU) desarrollaron un programa que aisla el escenario de cualquier foto, analiza sus colores, detecta las texturas y las líneas que aparecen en la instantánea, y compara todos los datos obtenidos con más de seis millones de imágenes previamente etiquetadas con su localización en la plataforma Flickr para alojar y compartir imágenes. De este modo, el software consigue identificar en un 16% de los casos dónde se ha tomado una imagen, una tasa de acierto treinta veces superior a la de una persona media.
Lo más interesante es que el programa “aprende” a reconocer escenarios a partir de fotos etiquetadas y subidas a «la nube», por lo que puede mejorar su precisión a medida que la base de datos on-line crece gracias a las aportaciones los usuarios.