EXIGEN JUSTICIA LOS PADRES DE LA MENOR ASESINADA POR SU NOVIO EL PASADO 12 DE DICIEMBRE

¡Justicia!, claman los padres de Ana Karen Huicochea Garduño de 17 años de edad, asesinada cobardemente, de tres balazos el pasado 12 de diciembre por su novio, Eduardo Villalobos Villanueva de 23 años de edad, sólo porque la menor se negó a seguir con él, sin que hasta la fecha este haya sido capturado.

Por ello ante lo que calificaron de dilación e ineptitud del personal la Procuraduría General de Justicia, Martín Cecilio Huicochea Santaolaya y Ana Luisa Garduño Juárez padres de la víctima, con el apoyo de la Comisión de Derechos Humanos, solicitan la ayuda de la sociedad para detener al asesino y evitar que haya más adolescentes en peligro.

La mañana de este jueves en rueda de prensa acompañados por la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de Morelos, Lucero Benítez Villaseñor, urgieron a las autoridades gubernamentales a revisar y dar seguimiento al trabajo de la Procuraduría General de Justicia, para que no haya más dilación, simulación ni obstáculos burocráticos, para que puedan detener al asesino de Ana Karen.

Los padres de la menor con el apoyo de la CDH, y a 22 días de cometido el crimen, luego de que con todo y que ellos desde las primeras dos horas tras cometido este, dieron a conocer al fiscal Julio Ernesto Silvar García, la identidad del asesino, su número telefónico, su ruta y forma de escape y en que pueblo se había refugiado y no hicieron nada por capturarlo, ayer hicieron públicos estos datos y la fotografía de Eduardo Villalobos Villanueva, para que con la ayuda de las CDH, de los estados del país, se boletine y se le detenga.

Ana Luisa madre de la menor, llena de indignación e impotencia, reveló que desde hacía poco más de un año su hija había conocido por medio de la red y del juego Xbox, a Eduardo, con el que meses después sostuvo una relación de noviazgo, destacando la mujer, que “Eduardo nunca dio muestras de peligrosidad ni de vulgaridad, pues siempre se comporto muy atento y decente, y en atención a eso y a que venía desde Guadalajara donde tenía su domicilio con su familia, en este caso su padre y dos hermanas, se le permitía incluso quedarse en casa”.

Pero destacó que hace aproximadamente tres meses, su hija le comento que había cosas en la conducta de Eduardo, que ya no le gustaban, ya que no quería seguir con él, pero que le daba miedo, por lo que incluso, por medio de una llamada telefónica la menor le comunico a Eduardo que su relación terminaba, todo ello en medio de los crecientes temores de Ana Karen,, que incluso le llegó a comentar a su madre, que “temía que Eduardo la matara”.

Tras la determinación de la menor, el domingo 9 de diciembre, Eduardo llegó a esta ciudad capital procedente de Guadalajara y por ello la madre de Ana Karen se entrevisto con él y le dijo que dejará en paz a su hija, que ella ya no quería seguir con él, que no le hiciera daño y el le contesto que no le haría nada que sólo quería verla.

Dijo madre de la menor, que incluso ella, con su menor hijo de nueve años y Ana Karen, fueron a comer ese día al centro de Cuernavaca, junto con Eduardo y por la noche lo acompañaron a la terminal de “La Estrella Blanca”, que se localiza en la avenida Morelos cerca del Calvario, porque según Eduardo, “ya había comprado su boleto y ya se iba”, dejándolo en ese lugar, sin mayores problemas.

Pero al siguiente martes Ana Luisa y su hija se enteraron que Eduardo seguía en Cuernavaca y buscaba a Ana Karen, por lo que incluso la llevaron a la casa de cerrada de Marruecos número 312 de la segunda sección Casa Blanca del Fraccionamiento Burgos de Temixco, que el hoy asesino no conocía.

Pero el miércoles 12 poco alrededor de las 16.00 horas, Ana Karen le envió un mensaje al teléfono de su mamá, preguntándole que “¿quien le había dado el domicilio de ella porque Eduardo Estaba ahí?, mismo que por cuestiones de su trabajo Ana Luisa no vio inmediatamente sino hasta minutos después en que ya tenía otro mensaje de su hija que sólo decía “mamá”, por lo que acudió de inmediato a su domicilio y ya encontró a su hija tirada en la sala en medio de un charco de sangre, creyendo inicialmente ante y la desesperación de ver a su hija inerte que Eduardo la había herido a golpes, hasta que minutos después, descubrió un casquillo de bala y vio que en la espalda su hija tenía un orificio de bala. Posteriormente se enteraría que Ana Karen había sido víctimada de tres balazos calibre 45 por su novio.

Por reportes policíacos se establece que este artero crimen se registró a las 16.30 horas, y tras haberlo cometido, Eduardo, huyo del lugar, abordó un taxi y se dirigió a la terminal de autobuses de “Indios Verdes”, de donde huyo hacia un pueblo de Queretaro inicialmente, información importante y valiosa, que la familia compartió con el Fiscal Julio Ernesto Silvar, pero ni él ni los policías ministeriales a su cargo hicieron nada por ir por el asesino, argumentando que “mejor esperarían a que saliera la orden de aprehensión”.

Tras las denuncias públicas hechas por la familia de Ana Karen, se sabe que en el informe rendido inicialmente por el Fiscal, la citada orden de aprehensión contra Eduardo Villalobos, la obtuvo al día siguiente del crimen, pero pese a ello no fueron por presunto asesino, argumentando que “la Procuraduría no tenía recursos par cubrir esos gastos”, habiendo trascendido que “sutilmente” le indicaron a los familiares que se necesitaban siete mil pesos para hacer el viaje a Guadalajara, los que los interesados ofrecieron con tal de que se detuviera al homicida, pero a cambio exigieron resultados y por ello, el Fiscal, se desistió y mejor les dejó entrever la importancia de conseguir la relación de las últimas llamadas hechas y recibidas del teléfono del asesino y de Ana Karen, pero que si ellos las conseguían oficialmente se tardarían un mes, pero que si los interesados los apoyaban, las conseguirían en unos cuantos días, pero que había que pagar “dos mil pesos”, mismos que los agraviados entregaron, pero ni así se logro nada.

Es por ello que urgieron a las autoridades gubernamentales a revisar a fondo la actuación de los funcionarios de la Procuraduría General de Justicia, para obligarlos a que simple y sencillamente a que cumplan con su deber de: “procurar justicia pronta y expedita, sin más dilaciones ni pretextos”, ya que destacaron que el propio fiscal, Julio Ernesto Silvar, les argumento que “no podía hacer nada, que estaba atado, por la burocracia”, al referirse a que le estaban tardando mucho para entregarle los recursos, para ir a buscar al presunto asesino.

Pero a consecuencia de las primeras denuncias hechas la semana pasada en algunos medios de comunicación, El Fiscal y sus agentes ministeriales, finalmente se decidieron a “tratar de cumplimentar la orden de aprehensión en Guadalajara, el pasado fin de semana”, pero “sólo fueron a confirmar domicilios de Eduardo y su familia” y regresaron con las manos vacías, pretextando “no había nadie en esos domicilios, porque habían salido de vacaciones”.

Por ello la madre de la menor insisto en su llamado a las autoridades sobre el riesgo de que el asesino de su hija este libre, pues recalcó que “se trata de un tipo peligroso, que puede estar poniendo en riesgo la vida de más jovencitas, sólo porque aquí en Morelos unas autoridades insensibles e irresponsables, no saben o no quieren hacer su trabajo”.