La UNAM, a través del Laboratorio de Antropología Física de la Facultad de Medicina (FM), ha integrado y resguarda la colección osteológica de referencia de la población mexicana contemporánea más grande y mejor documentada que existe en el país.
Se trata de 200 esqueletos (48 por ciento del sexo femenino y el resto masculino) cuyas edades, en su mayoría, se ubican entre los 28 y 85 años; un bajo número corresponde a ejemplares inmaduros, indicó Gabriela Sánchez Mejorada, jefa del Laboratorio.
A diferencia de otras colecciones conformadas por individuos provenientes de panteones o de restos rescatados de diversos lugares, “la nuestra es de cadáveres que se usan para la práctica de disección en la FM; son recuperados y tratados para, posteriormente, ser incorporados a la colección”, recalcó. Ha tenido éxito y hay interés de la comunidad internacional por este trabajo, pues es una colección de la época contemporánea.
Lo que pretendemos, abundó, es caracterizarla para generar estándares de referencia, pero desde el punto de vista de la investigación básica; nuestro trabajo puede ser usado por médicos o antropólogos forenses, para realizar protocolos encaminados a la identificación humana, aclaró.
“Generamos estándares de referencia que contribuyen a conocer la identidad de un individuo, particularmente en lo referente al sexo; usamos esas pautas de información y a través del software ForCalc, disponible en nuestra página (http://labafunam.wordpress.com), introducimos las medidas de los huesos de la pelvis, y mediante un cálculo matemático, sabemos si es hombre o mujer”, explicó la fisióloga.
Además, en el Laboratorio se desarrollan estándares de referencia relacionados con la estimación de la estatura, ello servirá en aquellos casos en que sólo se cuente con un hueso, pues a partir de éste se podrá determinar el tamaño del individuo, explicó. Actualmente, el proyecto lo desarrolla Antinea Menéndez Garmendia, antropóloga física.
La colección ha sido integrada conforme a la normatividad establecida en los artículos 4º y 5º del capítulo tercero del Reglamento de Seguridad y Coordinación en Materia de Investigación para la Salud en la UNAM, que forma parte de la Legislación Universitaria, y que para los efectos de investigación científica en cadáveres humanos establece las disposiciones legales para la obtención, conservación, utilización, suministro y destino final de órganos y tejidos.
Anatomía evolutiva
Sánchez Mejorada mencionó que en ese Laboratorio se tiene otra línea de investigación denominada anatomía evolutiva; su objetivo es relacionar las características genéticas del individuo con algunos fenotipos, como la forma tridimensional de la cara, color del pelo, piel y ojos, entre otros, para describir la diversidad biológica. “Queremos estudiar el papel que juega la herencia en la expresión de estas características físicas para entender la variabilidad biológica”.
En este proyecto Jorge Gómez Valdés, antropólogo, participa en un muestreo de diferentes países de Latinoamérica, como parte del Consorcio para el Análisis de la Diversidad y Evolución de Latinoamérica (CANDELA); con ello se podrá contar con una gran base de datos que permita estudiar algunas características físicas de interés antropológico y sus bases genéticas.
Antecedentes
En los años 60, Santiago Genovés tuvo la iniciativa de formar una colección ósea que en aquella época se empleó para la enseñanza.
Hace 20 años, Joaquín Reyes Téllez y Mario Alba crearon el Laboratorio en el Departamento de Anatomía de la FM, en donde Martha Pimienta Merlín, Guillermo Torres y Socorro Báez, antropólogos, continuaron la iniciativa de consolidar una nueva colección ósea de referencia, a partir de los restos esqueléticos de cadáveres utilizados en las prácticas de disección anatómica.
Con ello se formó la actual Colección Osteológica del Departamento de Anatomía (Colección-UNAM). Constituye un área de investigación en ciencias básicas, donde colaboran investigadores de disciplinas como medicina, biología, genética y antropología.
La universitaria aseveró que si bien el Laboratorio tiene como antecedente la creación de la colección ósea, hoy cuenta con sus dos novedosas líneas de estudio, donde se aplican nuevas técnicas como las imágenes 3D y la morfometría geométrica, para el estudio de la osteología forense y de la diversidad biológica y genética.
En este espacio también colaboran académicos de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, en la parte de genética, y de la Universidad de Yucatán, en técnicas de histomorfología, así como alumnos de maestría y doctorado, y pasantes de antropología.