A casi tres meses del atentado que sufriera el Procurador, Rodrigo Dorantes Salgado, a manos de policías preventivos y Acreditables de la Secretaría de Seguridad Pública estatal, la madrugada del 8 de febrero, en la calle Diez de Abril, casi esquina con 5 de mayo de la colonia Las Granjas, esta tarde a partir de las 15.30 horas, se llevó al cabo una “reconstrucción o mecánica de hechos”.
Todo ello según se dijo de manera extraoficial, para “corroborar versiones y testimonios de los involucrados en los hechos o desmentirlos”, en aras de llegar a la verdad histórica de los hechos y con ello identificar a los responsables y hacer que sean castigados por la ley.
Luego de que hasta el momento, diez elementos de la Policía Preventiva estatal y acreditable, fueron detenidos y se encuentran sujetos a proceso, en prisión preventiva, por ser presuntos responsables de los hechos.
Al respecto la Procuraduría General de Justicia informó que el día de hoy el agente del Ministerio Público adscrito a la Fiscalía de Homicidios, llevó a cabo una diligencia de reconstrucción de hechos en la avenida 10 de Abril de Cuernavaca, como parte de las investigaciones que lleva a cabo la fiscalía.
Se destacó que el término constitucional establecido por el juez en turno vence el 15 de mayo, esto relacionado con la Causa Penal JC/79/2013, sobre estos hechos, en los que por igual el Fiscal del estado deberá de rendir su declaración en torno a estos hechos.
Sin embargo habría que destacar que para esta reconstrucción o mecánica de hechos, se trasladaron en grúa todos los vehículos involucrados, esto es la camioneta en que viajaba el Procurador, la de sus escoltas y las patrullas de la Policía Estatal Acreditable, 000520 y 000524, así como las dos de la preventiva estatal 00045 y otra, más, pero no asistió ni el Fiscal Rodrigo Dorantes, no fueron llevados los 10 preventivos estatales que permanecen en prisión y tampoco se utilizó ningún elemento de esta corporación, pues para esta diligencia se pidió el apoyo mejor de elementos de la policía municipal de Cuernavaca.
Como se ha informado entre la noche y madrugada del 7 y 8 de febrero, el Fiscal del estado quien viajaba en la camioneta GMC Yukon Denali color blanca placas, PWX-4931 de Morelos y sus escoltas quienes lo seguían en la camioneta Nissan Armada color gris placas d PXE-14-15 del estado, comenzaron a ser seguidos por policías estatales desde el libramiento con dirección al sur, desde Plaza Galerías, ya que se afirmó habían recibido una llamada al 066, alertándolos sobre gente armada que circulaba por esa zona en camionetas.
Con esto los policías estatales, comenzaron a seguir al Procurador y a su escolta y al llegar estos al entronque con el Paseo Cuauhnahuac, les ordenaron que se identificaran, afirmando los uniformados que los escoltas del Fiscal de se negaron y los mandaron a la Chin.. y los compañeros de los escoltas caídos aseguraron que sí lo hicieron que abrieron las ventanillas de su camioneta y les mostraron las identificaciones, pero que no se detuvieron porque los protocolos de seguridad ordenan que un Procurador no se debe detener, sólo en un reten puesto por militares, no por ordenes de ninguna autoridad del fuero común.
Los estatales siguieron las camionetas del Fiscal hasta la avenida 10 de Abril, en donde de acuerdo a los reportes oficiales, desde la central de policía de la SSP, conocida como C-4, les ordenaron que interceptaran “la camioneta blanca”, por lo que al intentar rebasar la camioneta de los escoltas, la Nissan Armada color gris, para llegar a la Yukon Denali, del Fiscal, se registró un impacto o entre una patrulla estatal con la Nissan armada, desatándose así la balacera, en la que perdieron la vida los tres escoltas del procurador de nombres Rafael Barranco Mejía, José Joaquín Díaz Ceballos Juárez y Héctor Rojas Popoca, afirmando en todo momento los estatales, que “los ministeriales que estaban asignados como escoltas del Procurador, dispararon primero y nosotros sólo repelimos el ataque”.
Sin embargo de acuerdo a información extraoficial que se ha revelado en torno a este hecho que inicialmente fie calificado por las autoridades estatales de “absurda confusión” y después de “colusión de intereses y de ataque directo al procurador”, los escoltas del Fiscal, no dispararon sus armas, y si por el contrario estas fueron movidas en la escena del crimen, además de que se detectaron huellas de arrastramiento de uno de los cadáveres de los escoltas.
Por igual es de relevante importancia que tras registrado el atentado con el saldo de los tres escoltas muertos, todos los policías preventivos estatales, que participaron en “el enfrentamiento”, lejos de ser puestos a disposición de las autoridades competentes para que se iniciaran las investigaciones, “por ordenes superiores” fueron concentrados en “Torre Morelos” y no fue sino hasta las nueve de la mañana, esto es entre cinco o seis horas después de los hechos, en que finalmente se pusieron a disposición.
Posteriormente trascendería que al iniciarse las primeras investigaciones que de los diez policías preventivos estatales y acreditables puestos a disposición de la PGJ, cinco no correspondían a los que participaron en los hechos y por igual cinco armas de las presentadas por la SSP, no son de las utilizadas en “el enfrentamiento”, información que hasta el momento no ha sido confirmada ni desmentida por las autoridades, en tanto los diez policías puestos a disposición siguen tras las rejas, y se presume que la Procuraduría General de la República, por igual investiga el caso, sin que hasta le fecha se sepa quien o quienes fueron los autores de este atentado, como elemental respuesta al agravio de la sociedad, que no puede tener confianza en sus autoridades estatales, si estas no son capaces de identificar y castigar a los responsables de intentar ejecutar al Fiscal del estado en un acto de elemental justicia.