Un caso emblemático de feminicidio, violencia e impunidad en Morelos ha sido el triple homicidio cometido en contra de una familia campesina perseguida y exiliada de su original Tepetixtla luego de la masacre de Aguas Blancas. Los hechos ocurrieron el 23 de mayo del 2012 en Axexentla, municipio de Jiutepec, Morelos, donde murieron: Petra Benítez Barrios, de 65 años de edad, José Adame Benitez de 23 años y José Ángel de 4 años de edad. Quedó herida Pilar Lugo de 20 años. Se abrió la Carpeta de Investigación SC01/5363/2012 por parte de la Procuraduría General de Justicia, sin embargo, no muestra avance alguno en la investigación y no hay ningún detenido. Se han recibido llamadas de intimidación y amenazas por vía celular y se vive bajo una amenaza latente en contra de la familia, así como presencia de personas desconocidas cerca de sus viviendas y donde no aparecen los elementos policíacos que fueron asignados para garantizar la protección y seguridad de la familia.
Como organismo de Derechos Humanos hemos acompañado a la familia en la atención y seguimiento de este caso, por lo que hemos enviado diversos escritos dirigidos a la PGJE solicitando información sobre el caso en particular, el último con fecha 27 de febrero del presente, sin que hasta este momento se nos informe sobre avances concretos del caso, señalando únicamente que el caso continuará en la Fiscalía de Homicidios, ya que existe una negativa tajante a considerar que existen elementos para tipificarlo como feminicidio, sin especificar cuáles son las razones, ya que se nos indica que no hay indicios que así lo indiquen. Hay que recordar que la tipificación del feminicidio en el artículo 213 Quinto del Código penal para el estado señala: “Comete el delito de feminicidio quien por razones de género, prive de la vida a una mujer. Existen razones de género cuando se acrediten cualquiera de las siguientes hipótesis (…) IV. A la víctima se le hayan infligido lesiones infames, degradantes o mutilaciones, previas o posterior a la privación de la vida; V. Consten antecedentes de amenazas, acoso o lesiones infamantes, del sujeto activo en contra de la víctima(…) A quien cometa feminicidio se le impondrá sanción de 30 a 70 años de prisión”. Una mínima investigación indicaría que cuando menos las causales establecidas en los apartados IV y V se cumplen en el caso de Doña Petra y que han sido documentados inclusive de manera pública por la persecución, hostigamiento, amenazas, lesiones, violación y tortura a la que fue sometida posteriormente a los acontecimientos de Aguas Blancas y como consecuencia de su participación y lucha social, además de su denuncia por la tortura sufrida por su hijo en prisión. ¿Más elementos necesita la Fiscalía de Homicidios para enviarla a la fiscalía de homicidios contra mujeres para que se realice una investigación como el código lo apunta y la ley así lo garantiza o que el propio Procurador tome cartas en un asunto que si bien no conoció en su origen debe tener en su correspondencia por el documento que se le entregó desde el 27 de febrero de este año de 2013?
Fue precisamente la masacre de Aguas Blancas la que marcó su historia personal y colectiva. Destruyeron sus aspiraciones por tener una vida digna en su propio pueblo donde había nacido: Tepetixtla. Un vado ensangrentado. Una emboscada de muerte. Cuando se dirigían a solicitar créditos y apoyos para seguir trabajando y cultivando la tierra. El poder autoritario de un gobierno asesino truncó vidas y sueños. Ella sobrevivió porque la camioneta de redilas donde viajaba iba en la parte posterior de la caravana que se dirigía hacia Atoyac. Murieron muchos de sus familiares. Otros quedaron heridos. La sangre derramada ese día dejó una marca indeleble en las aguas que ya no serían cristalinas jamás, el blanco se tiñó de rojo escarlata para dejar solo una mancha negruzca al paso de los días de impunidad. Ella resistió, porque su conciencia fue mayor que su miedo. Ese miedo que la invadía al recordar el tableteo de las metralletas. Ese miedo que no impidió que luchara hasta el último día de su existencia, cuando el brazo asesino del poder acabó con su vida al igual que la de su hijo y de su nieto.
Tepetixtla,en la sierra de Atoyac, en el municipio de Coyuca de Benítez, dice el censo: En Tepetixtla hay un total de 760 hogares. De estas 758 viviendas, 419 tienen piso de tierra y unas 147 consisten de una sola habitación. 424 de todas las viviendas tienen instalaciones sanitarias, 707 están conectadas al servicio público, 723 tienen acceso a la luz eléctrica. La estructura económica permite a 3 viviendas tener una computadora, a 89 tener una lavadora y 521 tienen una televisión. Aún existen raíces indígenas, pero el censo ubica únicamente a 28 personas que hablan la lengua originaria. De esta población salió Doña Petra con toda su familia después de la masacre de Aguas Blancas y no regresó más. Doña Petra Benitez Barrios, mujer campesina y luchadora social, junto a su joven hijo José de 22 años y su nieto José Angel de apenas 4 años de edad, fueron asesinados en su domicilio en los hechos ocurridos en la colonia Maravillas de Axexentla, en el municipio de Jiutepec, Morelos, el día 23 de mayo de 2012. Demandamos que esta masacre ocurrida bajo el gobierno panista de Marco Adame, sea investigada a fondo y no quede en la impunidad como han quedado la mayoría de los homicidios, ejecuciones, desapariciones, que han ocurrido en Morelos durante el gobierno actual de Graco Ramírez. Durante estos 365 días no hemos visto que haya avance alguno en las investigaciones. No hay una sola pista que vaya dirigida hacia quienes cometieron este triple asesinato. Una historia que solo concluirá cuando la justicia se siente a platicar entre nosotros y su memoria se reivindique como lo que siempre fue, una mujer que luchó por transformar la realidad, se lo aseguramos Doña Petra, téngalo por seguro.