Dice el dicho que “de que la perra es brava hasta los de casa muerte”.
Así parece estar pasando en la Procuraduría General de Justicia, donde como si su titular no tuviera problemas mayores, sus colaboradores le generan más.
Este es el caso del singular “robo” de un refrigerador del interior de las instalaciones de la PGJ, ocurrido al inicio de esta semana, mismo que fue ordenado por la Contadora Pública y Coordinadora General de Administración y Sistemas, Rosalba Hernández Duque.
Nos informaron los agraviados que todo inició cuando algunos de los nuevos funcionarios de la PGJ, que resultaron muy delicaditos, al quedar su oficina junto al área de trabajo de la Dirección General de Comunicación Social, salieron con que “no se podían concentrar en sus sesudas tareas de vinculación con grupos sociales”, porque les molestaba sobre manera el ruido de un viejo refrigerador que estaba al otro lado de su muro.
Así es que un exquisito servidor público, indignadísimo porque no se le dejaba trabajar, pidió a su amiguis Rosalva Hernández Duque, la influyente Coordinadora General de Administración y Sistemas que mandará que se llevarán dicho refrigerador.
Y así lo hicieron, por ordenes de la todo poderosa funcionaria, sin tomar en cuenta al jefe de esa área ni a sus empleados, mando que se llevaran, prácticamente a robar, el citado refrigerador y ahora nadie sabe donde está.
Con lo que no contaba Rosalba Hernández, es con que ese refrigerador no es de la PGJ, ni siquiera esta inventariado, porque es prácticamente un donativo, para las empleadas de esa área de trabajo, que lo utilizan y no sólo ellas, sino empleadas de otras oficinas vecinas, para guardar sus alimentos y un importante ahorro en su economía familiar.
Por eso este hecho significa una importante afectación para secretarias y madres de familia que ante la necesidad de alimentarse y los raquíticos salarios que perciben y luego que la misma Rosalba Hernández les ha quitado casi a todas los bonos que les daban en base a su desempeño y a que en muchos casos laboraban horas extras, es por ello la indignación contra tan injusta medida.
Pero la prepotencia de Rosalba Hernández Duque, no es únicamente contra los empleados y jefes del área de comunicación social, el mismo procurador Rodrigo Dorantes, ha tenido que enfrentar la desestabilización provocada por esta mujer, pues a su arbitrio y por sus enaguas, como dicen los afectados, se da el lujo de quitar y asignar bonos y hasta reducir salarios, sin tomar en cuenta al que se supone que es su jefe el Procurador, menos a los jefes de área directamente afectados, pues ella se dice estar muy bien apoyada por funcionarios de primer nivel del gobierno estatal, entre estos la intocable secretaria de Seguridad Pública, Alicia Vázquez Luna.