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La pugna al interior del Ayuntamiento de Cuernavaca por los cotos de poder entre el Secretario Técnico, Fernando Gutiérrez Nava, por cierto recuerdan la denuncia de una mujer extranjera que lo acuso de haberla extorsionado por la venta de un terreno al gobierno estatal, en administraciones pasadas, y la Secretaría del Ayuntamiento, Cristina Ríos Meraza, están dejando a la ciudadanía y al comercio organizado en estado de indefensión, con la proliferación del comercio informal y el trafico de espacios en la vía pública.
Para comerciantes establecidos tanto del primer cuadro de la ciudad, como de otras zonas de Cuernavaca como la glorieta Chapultepec, esta pugna entre altos funcionarios del gobierno municipal se refleja en estas corruptelas que afirman administran muy bien funcionarios menores e inspectores, al vender al mejor postor los espacios en la vía pública, cobrando semana a semana, las cuotas al comercio callejero por permitirles vender sus productos que van desde comida hasta piratería.
En este tenor señalan que mientras en el discurso se afirma que se va a poner orden en el comercio informal, por el otro se simula, que se les quita de las calles, cuando lo cierto es que se le reubica de un lado a otro de la ciudad a cambio de diferentes sumas de dinero, prueba de ello lo que sucede en pleno Centro Histórico de Cuernavaca y en la Glorieta Chapultepec, donde de manera lastimosa se han invadió las áreas verdes y hasta el puente peatonal, teniendo que pagar semana a semana los vendedores una cuota a los inspectores que va de los 50 a los 100 y 200 pesos por semana, según sea el giro de cada puesto ambulante.
Los comerciantes establecidos insistieron en que la pugna por los cotos de poder entre el secretario Técnico, Fernando Gutiérrez y la Secretaría Cristina Ríos, propicia que personajes como la Directora de Comercio en Vía Pública, Laura Mendizabal Grijalba, por medio de sus inspectores, al sentirse protegida por Ríos Meraza, pasa por encima de su jefe inmediato Omar García Bernal y hace lo que quiere y las consecuencias están a la vista.
Ante esto y luego de que ha habido casos en que los comerciantes establecidos tienen que tolerar que los ambulantes se adueñen de calles y banquetas frente a sus negocios, porque cuando intentan protestar son hasta amenazados por los ambulantes y si piden la intervención de la autoridad, esta no hace nada más que cobrar “las cuotas” a los informales para seguirlos dejando que sigan adueñados de calles, los comerciantes organizados, sentenciaron que tienen dos caminos por seguir o entrar “en una huelga de pagos de impuestos a las autoridades por que no cumplen ni hacen cumplir la ley o salir por igual a las calles, aprovechando la anarquía que priva en la ciudad”, pues argumentan, “si nadie es capaz de poner orden al interior del Ayuntamiento, menos van a poder poner orden en las calles de la ciudad”.
