La definición más sencilla de sustentable es una obviedad: algo que puede ser sostenido. Algo que puede mantenerse haciendo lo que sea que esté haciendo durante un tiempo relativamente largo, posiblemente para siempre. Sin embargo, el adjetivo sustentable se ha utilizado con mucha ligereza durante los últimos años, especialmente cuando se trata de hablar de fuentes de energía.
Las fuentes de energía sustentables implican a aquellas que pueden seguir dándonos energía aprovechable durante un tiempo considerablemente largo; sin embargo, sustentable no es igual a verde (como cuando decimos “energía verde”). El adjetivo verde no es solamente un color, sino un acuerdo metafórico que indica que dicha energía no daña al planeta Tierra, ni a la flora y fauna (nosotros, los humanos, incluidos) que viven en él.
Si la civilización humana constara de unos pocos cientos de individuos, probablemente los hidrocarburos serían una fuente de energía sustentable, en el sentido de que podrían utilizar las técnicas petroquímicas para refinar combustibles fósiles que permitieran mantener una civilización a pequeña escala por un periodo considerablemente largo de tiempo; sin embargo, incluso en esa pequeña e hipotética civilización, tales hidrocarburos no serían una energía verde, pues dañarían en alguna medida el medio ambiente circundante.
Las fuentes de alimento también son (o no) sustentables: la agricultura, la ganadería, la pesca y los demás procesos productivos que alimentan a todos los seres humanos del mundo no necesariamente son sustentables o verdes. El proceso de convertir una vaca en una hamburguesa implica un considerable deterioro del medio ambiente (en forma de agua, alimento, almacenamiento del ganado, etc., sin contar los residuos derivados de su procesamiento y transporte).
Para algunos teóricos ecologistas como Ruben Anderson, lo verde tampoco es una panacea –es decir, algo que soluciona por sí mismo todos los problemas del mundo. Aunque podemos tener energía verde (pues no daña el medio ambiente), la escala de la civilización humana en nuestros días la vuelve no sustentable, al menos por el momento. Lo que decimos al pensar en energía nuclear, autos eléctricos, fuentes de energía renovables y alternativas a los hidrocarburos es que estas opciones son verdes en la medida en que son menos malas para el planeta, es decir, que lo deterioran menos, pero el deterioro sigue estando presente.
Una combinación de varias tecnologías sustentables y verdes son lo que el planeta necesitará para seguir permitiendo la vida en el planeta durante algún tiempo más.