Una investigación internacional calculó que existen, como mínimo, 320 mil virus aún desconocidos asociados a especies de mamíferos. El estudio de estos microorganismos podría proporcionar información valiosa para entender su diversidad en el planeta y conocer los que pueden generar problemas de salud.
Una búsqueda exhaustiva y sistemática de virus en un mamífero reconocido por albergar diferentes agentes virales, el murciélago Pteropus giganteus o “zorro volador”, permitió estimar que no hay millones de virus, sino cientos de miles asociados a nuestra clase animal.
Para conocer con precisión cuántos y cuáles son, trabajaron en conjunto 21 especialistas en virología molecular, medicina veterinaria, ecología y matemáticas de cinco instituciones académicas de Estados Unidos, dos de Bangladesh y una de México: la UNAM. Los resultados fueron publicados recientemente en la revista científica mBio.
Para su búsqueda, el grupo científico, encabezado por Simon Anthony, profesor de la Escuela Mailman de Salud Pública de la Universidad de Columbia, EU, y Peter Daszak, presidente de EcoHealth Alliance, utilizó modernas técnicas de diagnóstico molecular y estrategias estadísticas propias del campo científico de la ecología.
El único mexicano participante en el proyecto es Rafael Ojeda Flores, médico veterinario y maestro en ciencias, quien cursa el doctorado en Ciencias de la Salud Animal en la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de esta casa de estudios.
Interesado en la ecología de enfermedades –tema al que dedica su trabajo doctoral–, realizó una estancia de investigación en la Universidad de Columbia y se incorporó al equipo con la tarea de elaborar el marco teórico, analizar muestras en laboratorio y hacer extrapolaciones para estimar la variabilidad de virus en los mamíferos.
Transmisión de enfermedades
“Más del 70 por ciento de las enfermedades infecciosas emergentes son zoonosis transmitidas por animales silvestres a poblaciones humanas”, destacó Ojeda Fores, en entrevista.
Hasta ahora, detalló, la aproximación histórica utilizada en la búsqueda de virus ha sido aleatoria o sesgada, pues lo que sabemos es mayoritariamente lo que hemos aprendido de aquellos que ya realizaron el salto inter-especie y se han establecido como enfermedades. “Pero la variabilidad de esos microorganismos es más amplia en la fauna silvestre y es interesante estudiarla”, consideró.
Con un enfoque de trabajo sistemático y multidisciplinario, la investigación busca profundizar en los patrones y mecanismos ecológicos y evolutivos seguidos por los virus, además de incluir los tradicionales enfoques epidemiológico y molecular para estudiar la diversidad viral y tratar de entender qué origina la emergencia de padecimientos virales zoonóticos.
El estudio está basado en el concepto “Una Salud”, que considera la estrecha relación e interdependencia de la salud humana, animal y ecosistémica, precisó.
Murciélagos, ricos en virus
En el estudio se obtuvieron más de mil 900 muestras de hisopados orales, heces y orina del “zorro volador”, que habita en Bangladesh. Pteropus es un género de murciélagos frugívoros (que se alimenta de frutos).
“Son los mamíferos voladores más grandes del planeta, endémicos de regiones tropicales de África, Asia y Oceanía. Proveen servicios ecosistémicos importantes y son pieza clave en el mantenimiento, estabilidad y evolución de los ecosistemas, pues se encargan de la polinización y dispersión de semillas de diversas especies de plantas primordiales para la ecología y la economía regional de las zonas que habitan”, explicó.
El aparente aumento en el descubrimiento de virus en murciélagos es posible que se deba, por un lado, al avance en los métodos de diagnóstico e identificación y, por otro, a que los quirópteros han sido biológica y ecológicamente exitosos y han mantenido una gran diversidad a lo largo de millones de años. Por ello, han establecido relaciones hospedero-virus muy interesantes de estudiar, abundó el universitario.
“Pero no por eso deben ser estigmatizados, por el contrario, es necesario estudiarlos y, sobre todo, protegerlos al reconocer el invaluable papel biológico que desempeñan para mantener el funcionamiento y la salud de los ecosistemas”.
Descubren 50 nuevos virus
Luego de estudiar las muestras referidas en laboratorio, los científicos descubrieron y analizaron 55 virus, 50 nunca antes descritos.
Tras una extrapolación a las cinco mil 486 especies de mamíferos conocidos, se estimó que existen alrededor de 320 mil virus en mamíferos por estudiar.
“Estos valores son un punto de partida, el inicio y seguramente la aproximación es incorrecta, pero se planea continuar con la investigación de las relaciones virus-mamífero en Bangladesh y en México, debido a la biodiversidad que caracteriza a estos países y la amenaza constante de la transformación del hábitat que impera en ellos”, comentó.
La información generada no busca prever pandemias, aclaró Ojeda Flores, pero los científicos pueden aprender a identificar los riesgos de una manera preventiva a través de la exploración de la diversidad viral global, así como identificar los patrones y mecanismos implicados en su mantenimiento y dispersión.
“Con ese conocimiento, se podría contribuir a mejorar los programas de vigilancia y diagnóstico oportuno. Al conocer lo que existe podemos prepararnos científicamente para estudiarlo y tratar de entenderlo”, remarcó.
El costo aproximado para analizar esa variabilidad viral se calculó en mil 400 millones de dólares, apenas una fracción de los 30 mil millones que significó la pandemia de SARS en 2003. En una segunda etapa del proyecto el muestreo de mamíferos se extenderá en nuestro país, lo que dará oportunidad de ampliar la participación de Ojeda Flores y sus colegas de la UNAM.