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Por su parte, el abogado Cipriano Sotelo quien habría defendido a los tres jóvenes en la primera acusación de feminicidio y violación de la cual fueron liberados pero que al salir fueron reaprehendidos por una nueva acusación de homicidio, el defensor consideró que no es viable la acusación porque no podrían ser juzgados por el mismo hecho.
“Si fuera el mismo caso estaríamos llegando a la hipótesis de estar repitiendo el mismo acto que está prohibido por la misma constitución federal incluso no podría ser el mismo juez quien tome el caso”, dijo el abogado.
También el doctor en derecho puso el dedo en el reglón al considerar que el juez nunca dijo que los jóvenes no haya cometido el delito lo que dijo para dejarlos en libertad es que había no había elementos para procesarlos refiriéndose a las pruebas científicas que demuestren la culpabilidad de los imputados.
De hecho como se trata de una averiguación previa el Ministerio Público lo que debería de hacer es fortalecer su acusación para poner elementos que faltaron entre ellos quizá que las víctimas son menores de edad.
Para darnos una idea la procuraduría tiene más de 20 años de retraso para tener instrumentos para pruebas científicas de ADN como por ejemplo en Estados Unidos a través de la ropa sucia se obtiene el ADN de una persona, mientras que en Morelos al imputado se le pide una muestra de sangre.
En los casos de violación no hay reactivos para muestras químicas para que se obtenga semen de la vagina y se compare con el ADN del detenido. Entre otras tantas carencias que tiene la procuraduría general de justicia.
