Japón anunció que dio marcha atrás en sus compromisos de reducir las emisiones de gases con efecto invernadero como resultado de haber cerrado o suspendido sus centrales nucleares a raíz del desastre de Fukushima.
El gobierno de Tokio adoptó oficialmente el plan para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a un 3.8 por ciento para el año 2020, en lugar de cortar un 25 por ciento, como se había comprometido previamente.
El nuevo objetivo será efectivamente un aumento de alrededor del tres por ciento anual desde que en 1990 el entonces gobierno japonés se comprometió a reducir la emisión de gases de efecto invernadero.
El primer ministro japonés, Shinzo Abe, giró instrucciones a los funcionarios para revisar el anterior objetivo de reducción de 25 por ciento desde los niveles de 1990, reportó el canal de noticias NHK.
La Unión Europea y algunos países desarrollados han expresado su preocupación sobre el nuevo plan de Japón, porque podría afectar negativamente la Conferencia de la ONU sobre el cambio climático en Polonia.
Antes de la catástrofe de la planta de Fukushima de 2011, la energía nuclear suministraba más de una cuarta parte de las necesidades energéticas de Japón.
Por tal motivo, el país ha vuelto a quemar más combustibles fósiles -como el carbón, el petróleo y el gas natural- para compensar el déficit.