Un Tribunal Federal ordenó la inmediata y absoluta libertad de dos mujeres de origen huichol encarceladas por encontrarles en posesión de peyote al momento de participar en un rito religioso.
Al comprobarse que efectivamente son integrantes de la etnia indígena y que la utilización de la mescalina forma parte de sus usos y costumbres por atribuirle facultades curativas e incluso atributos divinos, fue que el Segundo Tribunal Unitario del Séptimo Circuito en Boca del Río, Veracruz resolvió invalidar el proceso penal que enfrentaban las dos mujeres desde noviembre del 2012.
El protocolo de actuación para quienes imparten justicia en casos que involucren derechos de personas, comunidades y pueblos indígenas emitido por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) así como los tratados internacionales en la materia suscritos por México fueron el principal sustento jurídico que llevó al tribunal federal a ordenar la libertad de las mujeres.
El criterio de la Suprema Corte de Justicie señala que basta con que una persona se autoreconozca o autodescriba como integrante de una comunidad indígena para que se otorgue en su favor la protección especial de la que hace mención la constitución federal.
En su acuerdo, el Tribunal Unitario advirtió que se actualizó la excluyente del delito que se les imputaba a las indígenas porque se autoreconocieron como miembros de la etnia huichol y los gajos y cabezas de peyote que se les encontraron eran utilizados en una ceremonia religiosa propia de su comunidad.
De ahí que al emitirse el criterio en favor de las indígenas, se determinó que no había delito que perseguir y en consecuencia debían recuperar su inmediata y absoluta libertad.
Las dos mujeres fueron declaradas formalmente presas como probables responsables del delito de contra la salud en su modalidad de simple mescalina (peyote), luego de que policías de la Secretaría de Seguridad Pública de San Luis Potosí las detuvieron a petición de una denuncia anónima, la cual detalló que un grupo de personas se encontraban consumiendo peyote en un lugar llamado El Tanque de Emeterio, municipio de Real de Catorce, en San Luis Potosí.
Al llegar al lugar los policías detectaron que había cinco hombres, tres mujeres y una persona menor de edad reunidos con el fin de instalar un campamento.
Al efectuar una inspección ocular del sitio, vieron que frente a una casa de campaña se encontraban encima de un morral de ixtle 209 cabezas de peyote y dentro de un morral de estambre unos tres kilos del mismo vegetal.
Las indígenas argumentaron que era de su propiedad y que lo consumían para fines médicos.
Incluso, una de ellas se identificó como «mujer medicina» (curandera) de su etnia y que el peyote lo utilizaban porque curaba cualquier malestar físico o espiritual.