Venezuela conmemora un año de la muerte de Hugo Chávez, una jornada de alto voltaje emocional en esta nación polarizada sobre el legado del líder socialista.
El presidente Nicolás Maduro encabeza los homenajes, que incluyen undesfile militar y una ceremonia en el mausoleo de un barrio humilde del oeste de Caracas donde fue sepultado Chávez.
Chávez será homenajeado también por algunos de sus vecinos de izquierda a los que ayudó con su petróleo en un intento por contrarrestar la influencia de Estados Unidos -o «el Imperio», como solía llamarlo- en América Latina.
El presidente cubano, Raúl Castro, aterrizó en la mañana del miércoles en Caracas y fue directo al mausoleo a depositar una flor blanca sobre el féretro del hombre que ayudó a su país con petróleo e inversiones.
También llegaron a Venezuela los mandatarios boliviano Evo Morales y el nicaragüense Daniel Ortega.
Un cañonazo recordará a las 16.25 hora local (2055 GMT) el momento exacto de la muerte de Chávez, que gobernó la nación de la OPEP por una década y media hasta ser derrotado por un cáncer el 5 de marzo del 2013.
La jornada será emotiva para la mitad de los venezolanos que adoran a Chávez por los programas sociales que financió con la renta petrolera del país y beneficiaron a millones de pobres.
Y será un día amargo para la otra mitad que siempre lo consideró un líder autoritario que dilapidó los recursos del país e intentó perpetuarse en el poder como su amigo el líder cubano Fidel Castro.