Al celebrarse en abril el Día Mundial de la enfermedad de Parkinson, conocida antiguamente como “mal de San Vito”, la Secretaría de Salud recomienda que ante cualquier síntoma acudir a la Unidad de Salud más cercana, donde los pacientes recibirán la información y seguimiento correspondiente.
Las personas con Parkinson van perdiendo el dominio sobre el cuerpo y habilidades de la vida cotidiana y de no ser atendidos a tiempo puede desarrollar discapacidades graves y tener caídas que les pueden ocasionar la muerte.
En el mundo existen 40 millones de enfermos de Parkinson, de los cuales el 30 por ciento lo desconocen; en México hay 500 mil personas con Parkinson, donde la mayoría tiene en promedio 60 años de edad.
Por cada mujer lo llegan a padecer de dos a tres hombres; una de las principales causas de esta enfermedad son los malos hábitos alimentarios que desde el nacimiento tienen las personas y va en aumento en el sexo femenino debido a la cantidad de alcohol, tabaco y otras drogas.
Algunos síntomas de la enfermedad son lentitud de movimiento, temblor y rigidez muscular o alteraciones en la postura o en el caminar, en sus etapas tempranas se presenta salivación excesiva, alteraciones en el olfato y gusto, cambios en la percepción visual, dificultad para deglutir, náusea o vómitos inexplicables, estreñimiento, orinar varias veces por la noche y pérdida o aumento de peso.
El Parkinson afecta a una parte del cerebro que controla los movimientos musculares, las neuronas afectadas producen una sustancia química llamada dopamina que mueren o dejan de funcionar adecuadamente. Por su incidencia el Parkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa (detrás del Alzheimer) más común del mundo.
Es el neurólogo es quien puede prescribir el tratamiento más adecuado de acuerdo con la edad y actividades de cada persona, con el fin de lograr una mayor adherencia terapéutica.