El capitán y 14 miembros de la tripulación del buque Sewol, cuyo naufragio ha dejado 304 muertos, comparecieron hoy para prestar declaración al comenzar el primer juicio relativo a la tragedia que ha conmocionado a Corea del Sur.
La tensión se disparó a las puertas del Tribunal de Distrito de Gwangju, al suroeste del país, donde se concentraron grupos de familiares de las víctimas, muchos de los cuales dirigieron insultos a los acusados, además de exhibir carteles con mensajes como «No son humanos», según mostraron las televisiones locales.
Según las acusaciones de los fiscales, tanto el capitán Lee Joon-seok, de 69 años, como los otros tres tripulantes abandonaron el barco sin atender a la seguridad de los pasajeros después de retrasar la orden de evacuación, un comportamiento que pudo haber elevado el número de muertes en la tragedia del pasado 16 de abril.
Por su parte, los otros 11 miembros de la tripulación están acusados de conducta negligente con resultado de muerte y podrían enfrentarse a condenas de hasta cadena perpetua en dos de los casos y de hasta 30 ó 40 años de cárcel en el resto.
En la primera vista de hoy los acusados prestaron declaración, mientras los fiscales y los abogados defensores expusieron sus versiones y aportaron pruebas, entre ellas videos tomados por las cámaras de seguridad del barco y grabaciones de las conversaciones entre la tripulación y los servicios de emergencia.
Algunos juristas en Corea del Sur han advertido de la fuerte presión social en la que se desarrolla el juicio y que podría poner en duda la neutralidad del proceso al jugar en contra de los 15 tripulantes acusados.
Todos ellos, y especialmente el capitán, han sido señalados por los medios de comunicación e incluso por la presidenta del país, Park Geun-hye, como principales responsables del elevado número de muertes en este naufragio en el que solo se salvó a 172 de las 476 personas que viajaban en el ferry.
A esto se suma que solo uno de los acusados cuenta con un abogado particular y que al resto los defienden seis letrados de oficio del distrito de Gwangju -tres de ellos jóvenes recién licenciados- debido a la dimisión de sus anteriores representantes legales.
Al proceso abierto contra el capitán y los tripulantes seguirá a finales de este mes otro contra las autoridades de Chonghaejin Marine, la naviera que operaba el Sewol.
El presidente de facto de la naviera, el millonario empresario, líder religioso y artista Yoo Byung-eun, es el hombre más buscado estos días en Corea del Sur al darse a la fuga después de que la policía solicitara al juez una orden de arresto contra él.
Se cree que la naviera sobrecargó el barco con hasta tres veces el peso permitido entre mercancías y vehículos, y esto jugó un factor clave a la hora de desestabilizarlo y provocar su vuelco.
Hoy la presidenta Park criticó a los fiscales y a la policía por no haber hallado todavía al fugitivo y les urgió a esforzarse más en su detención.
Mientras, los buzos siguen tratando de recuperar los 12 cadáveres que todavía quedan en el interior del transbordador hundido en aguas al suroeste de Corea del Sur.
De los 304 muertos que ha dejado el naufragio la mayoría eran jóvenes estudiantes de 16 y 17 años, lo que hace aún más trágico un suceso que casi dos meses después todavía mantiene conmocionada a la sociedad de Corea del Sur.