Un avión militar de transporte fue derribado el lunes cerca de la frontera oriental con Rusia, dijo el ministro de Defensa ucraniano.
Los rebeldes en el este de Ucrania se declararon responsables inmediatamente del derribo del Antonov-26, pero el ministro de Defensa, Valeri Heletei, dijo que el cohete pudo haber sido disparado desde Rusia.
Heletei dijo que el avión volaba a 6 mil 500 metros de altura, fuera del alcance de las armas que poseen los separatistas. Las autoridades dijeron que había unas 20 personas en el avión, pero no difundieron cifras de víctimas.
Los combates se intensificaron alrededor de la ciudad oriental ucraniana de Lugansk, cuando fuerzas del gobierno aumentaron esfuerzos para romper las líneas rebeldes y recuperar territorio de manos de la insurgencia prorrusa.
Un vecino dijo que el pánico se estaba apoderando de la ciudad.
En las últimas dos semanas, el gobierno ha reducido a la mitad el territorio en poder de los separatistas prorrusos, que se han visto obligados a retirarse a bastiones alrededor de las ciudades de Lugansk y Donetsk. Esas dos regiones mayormente rusoparlantes declararon su independencia del gobierno central en Kiev.
Pese a los reportes de éxitos militares, el presidente de Ucrania anunció que tiene nueva evidencia de que Rusia está respaldando directamente a la insurgencia separatista, que entra ya en su cuarto mes.
El Ministerio de Defensa dijo el lunes que tropas del gobierno habían recuperado varias aldeas alrededor de la ciudad de Lugansk, en poder rebelde, y había reabierto un corredor a su aeropuerto civil.
Un residente de Lugansk, Serguei, que no dio su apellido por temor a represalias, dijo que el pánico se había apoderado de la ciudad el lunes tras reportes de que fuerzas ucranianas estaban ingresando intermitentemente a la ciudad y capturando a rebeldes.