Abordando lo que ha llamado una crisis humanitaria, el presidente estadunidense, Barack Obama, le pidió el martes al Congreso 3 mil 700 millones de dólares para confrontar una oleada de menores de Centroamérica que están cruzando ilegalmente la frontera desde México hacia Estados Unidos, abrumando los recursos de inmigración y causando una tormenta política en Washington.
La Casa Blanca dijo que el dinero va a ser usado para incrementar la detención, el cuidado y el transporte de niños no acompañados, ayudará a acelerar la deportación de adultos con niños al aumentar la capacidad de las cortes de inmigración y fortalecerá el combate a redes de contrabando de inmigrantes.
El pedido de dinero no incluye propuestas para cambios legislativos que la Casa Blanca desea. Funcionarios de la Casa Blanca dijeron el martes que aún planean trabajar con el Congreso para incrementar la autoridad del gobierno para deportar a menores que crucen la frontera ilegalmente.
Los funcionarios dicen que siguen estudiando la manera de acelerar el proceso, pero agregan que el pedido de cambios legislativos específicos avanzará separadamente de los gastos de emergencia que Obama le envió al Congreso.