Un millar de globos de colores fueron sueltos como símbolo de reconciliación al finalizar la primera parte de la conmemoración del centenario de la Primera Guerra Mundial, a la que asistieron jefes de Estado de doce países y representantes de otros veinte.
La celebración concluyó en la ciudad belga de Lieja con doce tiros de cañón, a los que se siguieron interpretaciones de la “Oda a la Alegría”, del himno europeo, y del himno belga, la Brabançonne.
Los invitados, entre ellos los duques de Cambridge, el príncipe Guillermo de Inglaterra y su esposa Kate, los presidentes de Francia, François Hollande, y de Alemania, Joachim Gauck y el rey Felipe VI de España, se dirigieron enseguida al Palacio Provincial de Lieja para un almuerzo ofrecido por las autoridades belgas.
En sus discursos, los representantes de los principales protagonistas del capítulo belga de la guerra – Alemania, Reino Unido y Francia -, destacaron la importancia de la reconciliación y pidieron a Europa no permanecer neutral ante los conflictos que afectan al mundo en la actualidad.
Por la tarde, el presidente francés concederá a la ciudad de Lieja la condecoración de la Legión de Honor por su empeño en rechazar el avance de las tropas alemanas.
La celebración concluirá con un espectáculo aéreo de cazas belgas y franceses, simbolizando la solidaridad entre los dos países durante la guerra.
Lieja está considerada como “ciudad mártir” por su intensa resistencia a la invasión alemana en 1914.