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El procurador de Justicia de Puebla, Víctor Carrancá, llamó a los habitantes de San Bernardino Chalchihuapan, a que acudan a declarar y a presentar las pruebas que tengan en el caso del niño José Luis Alberto Tehuatlie Tamayo, quien murió luego de ser herido en el enfrentamiento ocurrido el 9 de julio.
Afirmó que la dependencia a su cargo dará todas las garantías legales a quienes acudan a declarar y presenten las pruebas que tengan del caso.
«Lo que queremos es recabar sus declaraciones, les damos todas las garantías en este sentido», aseguró
Dijo que pidió a la Unidad de Atención a Víctimas de la Procuraduría que oriente a los pobladores de Chalchihuapan.
«Hemos citado a los familiares (del niño José Luis Tehuatlie) y a gente que no han comparecido», dijo, pero informó que no han acudido.
Señaló que entiende la incertidumbre que sienten, pero hizo un llamado para que presenten ante la Procuradurías las pruebas que tengan
Lo que pedimos, dijo, es que declaren con la verdad, que digan lo que les conste y que presenten sus argumentos.
Dijo que la Procuraduría tiene más material de video y fotografías que tomó el personal de emergencias que estuvo en el lugar, además de las que tomaron fotógrafos de distintos medios de comunicación.
Respecto a un tercer grupo violento que estuvo en el enfrentamiento y agredió a los policías, el procurador de Puebla dijo que siguen trabajando en la identificación de esas personas.
«Es la prioridad, tener muy claro la participación de cada uno de ellos».
La semana pasada, el procurador afirmó que infiltrados en la manifestación de la autopista Puebla-Atlixco fueron los que lanzaron el objeto que explotó cerca del niño José Luis Alberto Tehuatlie Tamayo, de 13 años, causando su muerte.
El 9 de julio, habitantes de Chalchihuapan cerraron la autopista Puebla- Atlixco para pedir el regreso del servicio del registro civil a las juntas auxiliares. Los granaderos iniciaron el desalojo, lo que desató un enfrentamiento.
En la confrontación el menor resultó lesionado cuando caminaba. El 18 de julio, los médicos le diagnosticaron muerte cerebral. Los pobladores acusaron a la policía estatal de disparar balas de goma y que una de ellas había impactado contra la cabeza del niño.
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