Esta mañana, el secretario de gobierno Matías Quiroz en rueda de prensa en el llamado C5 anunció una “intervención de seguridad” en el municipio de Tlaquiltenango, es decir, el estado a través del mando único retomó el control de la seguridad después de que el cabildo decidió salirse del esquema de un solo mando por diferencias con el gobierno.
En lo que pareciera ser una revancha política del gobierno después de que el cabildo de Tlaquiltenango rechazó el mando único, hoy el gobierno amparado en una supuesta resolución 92/2010 de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que establece que cuando se trata de “casos extraordinarios” o de alteración del orden público los gobernadores tienen las facultades de asumir el cargo de las policías municipales por disposición de la fracción siete del artículo 115 constitucional federal.
Hoy se publicó un decreto por el cual el gobernador Graco Ramírez asumió de manera inmediata y transitoria el mando policial del municipio de Tlaquiltenango como un supuesto caso de “fuerza mayor” ante las alteraciones “graves” al orden público suscitadas recientemente (aunque no refiere cuales) solo puntualizaron que Tlaquiltenango es frontera con Guerrero.
Explicaron que es una decisión constitucional con el afán de restablecer “el orden público” por lo que se asume el mando de la policía municipal de Tlaquiltenango por lo que las ordenes de la policía solo vendrán del mando estatal por lo que la medida es aplicada a todas las unidades de seguridad pública de Tlaquiltenango.
“No es necesario que haya convenio con los presidentes municipales la constitución federal confiere a los ejecutivos estatales la libertad para actuar en los casos que ellos mismos consideren graves y de fuerza mayor por alteración al orden público” dijo.