En el marco del Día Nacional de la Familia, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) proporcionó información de los hogares, en especial de los familiares, en torno a la victimización y percepción de seguridad de sus integrantes, con datos de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2014.
De acuerdo a la ENVIPE 2014, en México, los hogares familiares constituyen la principal forma de organización de convivencia (89.8%) con un promedio de integrantes de 4.1 personas, en tanto que aquellos hogares en los que no se identifica algún parentesco de tipo familiar representan 10.2 por ciento.
La ENVIPE considera que un hogar se encuentra en condición de victimización cuando al menos alguno de sus integrantes fue víctima de robo total de vehículo, robo parcial de vehículo, robo en casa habitación, robo o asalto en calle o transporte público, robo en forma distinta a las anteriores, fraude, extorsión, amenazas verbales, lesiones y otros delitos distintos a los anteriores (como secuestros, delitos sexuales y otros).
La percepción de inseguridad se refiere al sentimiento o “estado de ánimo” que las personas pueden tener acerca de qué tan seguros se sienten en su entorno; tal sentimiento puede estar relacionado con lo que sucede, o bien, con la influencia de otras personas o medios de comunicación.
Respecto a la percepción de seguridad pública en el entorno del hogar familiar durante el 2014, las personas de 18 años y más insertas en hogares familiares (73.6% ) declaran que se sienten inseguros en su entidad de residencia, en donde el Estado México ocupa el primer lugar con 92.7%, le siguen Morelos con 89.2% y Tabasco con 86.3 por ciento.
la percepción de inseguridad, además de la preocupación que puede generar, tiene implicaciones en la calidad de vida y los hábitos cotidianos, al respecto, en 2014, 24% de las personas de 18 años y más insertas en hogares familiares declaran sentirse inseguras en su casa, en tanto que 75.9% refirieron sentirse seguras.
Algunos estudios señalan que una familia bien estructurada permite a sus miembros hacer frente a las presiones tanto de su hogar y de la sociedad; por lo que una desintegración familiar lleva a sus integrantes a enfrentar las situaciones con mayor dificultad, en particular cuando hay crisis; el desarrollo de los hijos puede llevarlos a identificarse con grupos nocivos y caer en conductas antisociales .
En 2014, del total de las personas de 18 años y más, 20.8% consideran que una de las tres principales causas de inseguridad en su entidad es la desintegración familiar.