Cada semana semana, por lo menos de dos a tres días, la Policía de Investigación Criminal “se paraliza”, por falta de gasolina para abastecer las patrullas y demás vehículos oficiales a consecuencia de la pésima administración y manejo de los recursos
,que realiza el Director General de Control Administrativo y Coordinación General de Administración y Sistemas de la Fiscalía General, Javier Pérez Durón.
Agentes de la PIC, dieron a conocer que simplemente este semana, ayer jueves cuando fueron a cargar gasolina, al tratar de pagar con la tarjeta que les asignaron en su corporación para cada vehículo oficial, se encontraron con que la tarjeta no paso, porque el administrador había depositado los recursos únicamente dos horas y después los había retirado, por lo que no tenía fondos su tarjeta y quienes ya habían cargado gasolina en sus patrullas tuvieron que pagar de sus bolsillos y quienes no, se quedaron en sus comandancias, sin poder hacer nada, pese a la enorme carga de trabajo que tienen que realizar cumplimentando ordenes de investigación, presentación o aprehensión, pero eso nada importa al Administrador Pérez Durón.
A este respecto explicaron que de acuerdo al «criterio” de este administrador, las patrullas y demás vehículos oficiales de la PIC, sólo necesitan cargar un tanque de gasolina una vez a la semana, por lo que cada martes, tienen que ir a cargar combustible y les tiene que durar toda la semana y si no los agentes le tiene que poner gasolina de su bolsa para sacar adelante el trabajo o de plano quedarse en sus oficinas sin hacer nada, hasta el siguiente martes en que les vuelvan a autorizar su dotación de combustible, lo que es por demás absurdo e increíble.
Pero eso no es todo, revelaron los agentes de manera anónima que este mismo personaje hace singulares y muy lucrativos negocios al enviar los vehículos de toda la Fiscalía y PIC, al taller “Servicio Integral Automotriz” ó “Servicios Profesionales Automotrices”, localizado en la esquina que forman las calles Violeta y 5 de Mayo de la colonia Vicente Estrada Cajigal, donde hasta por una simple afinación, frenos y una sencilla reparación de suspensión, a cada vehículo le facturan cuentas en promedio de ocho a diez mil pesos, pues les cobran otros conceptos como Lavado de carrocería, cambio de terminales, revisión de luces y muchos otros que demuestra la voracidad y los abusos que se cometen en este taller en perjuicio del erario público sin que nadie le ponga un alto o cuando menos revise, como es que está manejando los recursos públicos que se asignan a la Fiscalía.