La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) recibió al nuevo ministro Eduardo Medina Mora con un discurso recordándole que se integra a una institución que ha vivido un proceso de transformaciones que la han consolidado en el plano nacional e internacional por su defensa a los derechos de los mexicanos, cambios que no tienen marcha atrás.
Tras recibir la toga magisterial y que le fue colocada por el presidente del Alto Tribunal, Luis María Aguilar Morales, Medina Mora escuchó el mensaje de su par Olga Sánchez Cordero, encargada de darle la bienvenida a nombre del Pleno.
Olga dijo que lo recibe una institución plural, neutral, independiente y colegiada, que tiene un papel fundamental en nuestra democracia.
«Lo recibe, señor ministro, una Corte cuyo proceso de evolución ha sido largo, y nunca exento de tropiezos, una Corte que ha vivido un proceso de transformaciones, que hay que decirlo claro y fuerte, no tiene marcha atrás», expresó la ministra.
Olga subrayó que en México, muchas personas desde los más variados y diferentes frentes han trabajado «duro» para hacer posible la existencia de un tribunal constitucional fuerte e independiente como hoy lo conocemos.
«Para llegar hasta lo que esta institución nos representa han sido necesarios cambios y reformas constitucionales y legales, acuerdos políticos, pero también cambios culturales, de rompimiento de paradigmas, de mentalidad y actitud», manifestó.
La ministra recordó que ha participado en la transformación de la Corte desde hace veinte años y hoy, sin temor a equivocarse, podía decirle que la Corte a la que ella llegó no es la misma que él hoy recibe.
«La Corte que encontré al llegar hace veinte años tenía una idea de los derechos muy diferente, se llevaba a cabo la interpretación constitucional con herramientas teóricas que ya hoy no corresponden a esta nueva realidad; el espectro de los derechos era limitado; había derechos que ni siquiera eran reconocidos».
NUEVO MINISTRO
Al tomar la palabra, Eduardo Medina dijo estar dispuesto a aprender de los conocimientos de sus pares y comentó que en Estados Unidos, cuando un nuevo ministro se integra al Pleno de la Corte, en su sesión privada les sirve café a sus homólogos, por lo que él estaría dispuesto a hacerlo.
«Tengo, estoy cierto, mucho que aportar pero sobre todo, mucho que aprender de cada uno de ustedes, de este cuerpo colegiado. Soy el de más reciente ingreso y eso tiene un importante significado, en otras Cortes Supremas hay protocolos distintos, por ejemplo, en la Suprema Corte de los Estados Unidos, la mayor parte de sus sesiones son a puerta cerrada y en secrecía, y a estas discusiones no entran secretarios o asistentes.
Me ilustraba en una reciente conversación, la jurista Rose Kingsburg, mujer y jurista extraordinaria, que el miembro más reciente participa en igualdad de circunstancias con sus pares en las deliberaciones, pero además existe la costumbre de que sirva el café a sus colegas. Una práctica enteramente digna. Yo estaría más que dispuesto a hacerlo sin reserva alguna», declaró.
El ex embajador de México en Estados Unidos reconoció que el reto para el máximo tribunal de justicia del país es mantener y ser la guía de los nuevos parámetros de constitucionalidad, para la no regresión. Se comprometió a defender los derechos humanos.
Juntos, abundó, podemos construir que nuestro país deje la sombra de la injusticia y del abuso.
Con información de Milenio