Israel Camacho Huerta, el brazo derecho del ex Secretario de Movilidad y Transporte, David Gómez Basilio, con quien se encargo de concretar el lucrativo negocio de la venta de más de 3 mil 500 concesiones para taxis en el estado, además de toda la corrupción alentada en esta dependencia con la venta de permisos para circular sin placas, es hoy candidato por el Partido Verde Ecologista a diputado por el sexto distrito.
Y así se publicita este personaje en los medallones de taxis y otros medios, buscando el voto de la ciudadanía para llegar al Congreso del estado, con las enormes “cartas de presentación” que obtuvo y consolidó en la SMyT, bajo la gestión y complicidad de David Gómez Basilio quien también hay que destacar intento conseguir una candidatura a una diputación por Morena, pero ahí si le cerraron la puerta por sus antecedentes y quien lo diría, mejor su subalterno, consiguió ser candidato a diputado.
De Israel Camacho Huerta, habría que recordar sus antecedentes como agente de tránsito de Cuernavaca, dedicado a extorsionar automovilista, de donde paso a ser escolta del entonces alcalde de la capital del Estado y después Gobernador, Sergio Estrada Cajigal, siempre envuelto en escándalos y abusos, a consecuencia de su prepotencia ya que lo mismo amenazaba automovilistas que tenían la mala suerte de cruzarse en su camino, que protagonizaba escándalos y riñas en su domicilio de Mina 5 en el Polvorín, siendo detenido y remitido a los separos judiciales, de donde era rescatado por su jefe.
En la presente administración logro hacer “mancuerna” con David Gómez Basilio, convirtiéndose en su principal operador en la venta de concesiones, concretando su proyecto de obtener un millonario botín con la venta de las mismas y demás corruptelas, para meterse a la contienda política, hoy una vez más Israel Camacho Huerta, busca tener una “patente de corzo”, ahora al amparo del Partido Verde, para seguir haciendo lo que bien sabe hacer, enriquecerse por medio de la impunidad, la corrupción y las complicidades, sólo que esta vez la ciudadanía tiene la palabra, pues sus antecedentes de deshonestidad, son de sobra conocidos.