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No llevaba un mensaje. Tampoco una carta de amor. La paloma que llegó ayer al patio de La Reforma, la principal cárcel de Costa Rica, tenía un pequeño bolso sujeto en su pecho que, para sorpresa de los policías que la atraparon, contenía 14 gramos de cocaína y 14 de marihuana, destinados a uno de los internos del penal.
La “narco-paloma”, como bautizaron al ave las autoridades del penal ubicado en San Rafael de Alajuela, en Costa Rica, quedó en manos de la policía y su carga fue secuestrada.
Si bien la droga no llegó a su destino, un preso del módulo de mediana seguridad de la prisión que no pudo ser identificado, las autoridades del penal están preocupadas. Es la primera vez que en esa cárcel detectan esta modalidad para introducir droga entre los internos.
El director de la Policía Penitenciaria de Costa Rica, Pablo Bertozzi, explicó que hasta el momento no pudieron determinar a quién iba dirigida la droga. Tampoco descubrieron dónde fue que la paloma obtuvo su carga.
“En otras ocasiones han utilizado gatos para pasar droga en su cola de ámbito a ámbito, pero situaciones como esta es la primera vez. Se trata de otra forma de operar con la que nos enfrentamos, siempre buscan nuevas maneras de pasar la droga y tenemos que estar atentos”, explicó Bertozzi.
Semanas atrás en Ohio, Estados Unidos, un drone dejó caer un paquete con droga en el patio de un penal y desató una feroz pelea entre los internos.
El Ministerio de Justicia de Costa Rica distribuyó la foto del ave con la leyenda de “narco-paloma” y la fecha de su detención: 11/8/2015. Por su delito, también “quedó detenida”: terminó en una jaula en un refugio y zoológico de aves.
