Una nueva generación de materiales dentales que utilizan la nanotecnología para darles propiedades antimicrobianas ya se ensaya en la UNAM. El objetivo: hacer mejores dentaduras postizas y cementos dentales.
La innovación es de Laura Susana Acosta Torres, quien dirige el Laboratorio de Biomateriales en la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES) unidad León, en Guanajuato.
Nanotecnología: nuevas funciones
En el mundo de la física de lo diminuto, de lo invisible más allá de centímetros, milímetros y micras, las sustancias y los materiales se comportan de manera diferente, dando propiedades antes desconocidas por el ser humano.
A esta escala, donde un nanómetro (nm) es la milmillonésima parte de un metro (es decir, nueve múltiplos más pequeño), donde un cabello es enorme y donde pueden medirse radiaciones, los dentistas y expertos en materiales dedicados a esa disciplina han encontrado que metales muy conocidos, como la plata y el cobre, brindan propiedades antimicrobianas que protegen al paciente contra ciertas bacterias y otros microorganismos.
Experimentalmente, en el laboratorio se probó incluir en el acrílico dental un poco de nanopartículas de esos dos elementos, que van del uno, dos y cinco por ciento del material con el que se hacen prótesis removibles y cementos restauradores.
“Esa pequeña cantidad ha demostrado ser suficiente para desarrollar la función antimicrobiana”, explicó Acosta Torres, dentista y doctora en biomateriales, y que además realizó una estancia posdoctoral en el Centro de Física Aplicada y Tecnología Avanzada (CFATA) campus Juriquilla de la UNAM.
Las pruebas de laboratorio han demostrado que la actividad antimicrobiana no aumenta al añadir un 10 por ciento de nanopartículas, aunque continúan con las pruebas.
“Aún faltan los experimentos con modelos animales de laboratorio (ratones) y el protocolo en humanos para poderlos probar en pacientes reales”, añadió Acosta, quien espera que en dos años puedan llevar su innovador material al mercado.
Hasta ahora, los expertos de la ENES León trabajan en reducir los metales a la escala nano, lo cual logran mediante procesos químicos y la obtención de una infusión que luego agregan al acrílico. Posteriormente, prueban la eficacia de su material en millares de cultivos de diferentes bacterias.
Actualmente diseñan el modelo experimental que realizarán para incluir pequeñas muestras del tamaño de discos en la dentadura de los ratones, para luego probarlos en humanos.