En México vivimos, desde 1996 y cada año, un par de cambios de horario: el de invierno y el de verano. Esto ha causado opiniones encontradas debido a las posibles repercusiones en la salud y, sobre todo, en los patrones del sueño, señaló Ulises Jiménez Correa, responsable de la Clínica de Trastornos del Sueño de la Facultad de Medicina de la UNAM.
Debido a que aún hay poca investigación al respecto, en la Clínica de Trastornos del Sueño se está iniciando un proyecto a fin de obtener datos concretos para determinar si provoca alguna afectación, por lo que invitó a la comunidad universitaria interesada a participar en la liga: https://sites.google.com/site/horariodeverano2016/. En este sitio, prosiguió, se contestarán algunos cuestionarios y la información recabada será tratada con confidencialidad.
Repercusiones por cambio de horario
Jiménez Correa dijo que es posible modificar el ciclo sueño-vigilia, sin embargo, no se pueden pasar por alto algunos efectos adversos que el cambio de horario y los tiempos de exposición a la luz ambiental provocan en el organismo.
“Las principales repercusiones con el horario de verano, según reporta la gente, son síntomas de mala calidad del sueño, somnolencia y cansancio; pero cabe aclarar que esto se ha observado principalmente en pacientes con trastornos del sueño, como quienes sufren de insomnio, trabajan de noche o tienen rotación de turnos”, subrayó.
En cuanto al de invierno, que inició hoy, el universitario reconoció que aún se desconoce si tiene alguna implicación directa sobre la calidad del sueño y la sensación de bienestar durante el día. Además, concluyó, en esta época del año recibimos menor exposición a la luz y disminuye la temperatura ambiental, lo que puede afectar nuestro estado de ánimo y descanso.
En la Clínica participan, además, Rafael Santana Miranda, responsable médico, en la sede Hospital General de México, y Mauricio Ruiz Morales, responsable del proyecto, en la sede Ciudad Universitaria.