Desde este primero de noviembre, decenas de familias acuden a los panteones de Cuernavaca para visitar y acompañar una vez más a sus seres queridos, quienes se adelantaron en el camino.
Al exterior de los campo santos se pueden encontrar decenas de puestos con venta de flor de cempasúchil, terciopelo, veladoras, cubetas y arreglos florales para decorar el lugar donde yacen los fieles difuntos.
Al interior de los cementerios, y a pesar de que no lucen aun abarrotados, ya familias completas acuden a visitar a sus muertitos, a quienes acompañan durante varios minutos, platican con ellos, les rezan o contratan músicos para dedicarles algunas de las canciones que en vida fueron sus preferidas.
También se empeñan en limpiar y adornar sus sepulturas o mausoleos, para que en estas fechas en las que ellos regresan con los vivos puedan encontrar un lugar lleno de luz y flores.