Por encima de la «Alerta de Genero» y los operativos de la Policía del Mando Único, para prevenir y combatir a la delincuencia, en los últimos tres días seis mujeres han sido asesinadas en los municipios de Tlaltizapan, Tlaquiltenango, Huitzilac, Xochitepec y Cuernavaca, por lo que ya suman 58 feminicidios registrados en el año, aunque organizaciones no gubernamentales afirman que son 70.
Las víctimas más recientes de la violencia contra las mujeres, según se ha logrado saber pese a la censura de las autoridades estatales, son una mujer de la tercera edad que fue asesinada a balazos en su domicilio, en la comunidad de Oatecalco municipio de Tlaltizapan, el pasado domingo.
En el mismo poblado murió tras haber sido herida a balazos, otra mujer, cuando pasaba por el jaripeo, hecho en el que dos hombres más resultaron heridos.
El Martes otra mujer de 50 años de edad fue asesinada de cuatro balazos en el poblado de Ajuchitlan municipio de Tlaquiltenango.
Este miércoles por la mañana se conoció de otra mujer que habría sido asesinada a golpes en el interior de su domicilio en la calle Tlacotepec del Barrio de San José en el municipio de Huitzilac, misma que según las autoridades se encontraba en calidad de desconocida.
Casi a la misma hora trascendió que una pareja había sido ejecutada dentro de su domicilio en la Unidad Morelos de Xochitepec, siendo identificada la mujer como Ana Fabiola de entre 25 y 29 años de edad.
Por la tarde del mismo miércoles alrededor de las 17.00 horas se conoció de la muerte de otra mujer, que fue encontrada sin vida en el sillón de su casa, ubicada en la calle Popocatepetl de la colonia Las Flores de Cuernavaca, por su marido de oficio albañil cuando llegaba de trabajar.
En este caso según trascendió, al parecer él o los asesinos trataron de desviar la atención de las autoridades dejando un mensaje junto al cadáver de víctimas, manifestando un móvil pasional.
Como en otros muchos crímenes, las autoridades de la Comisión Estatal de Seguridad trataron de impedir que los hechos se conocieran y se dieran informaran a la sociedad, con la absurda pretensión de ocultar estos delitos de alto impacto y que la población se indigne por la simulación de sus funcionarios públicos.