En la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) cada año aumenta entre 10 y 20 por ciento el número de casos por mordedura y piquetes de animales ponzoñosos, como alacranes, víboras de cascabel y orugas, así como las arañas: viuda negra, capulina o violinista, informó la Jefa del Servicio de Toxicología Clínica del Hospital Juárez de México (HJM), Patricia Escalante Galindo.
Por este motivo, el Centro Toxicológico del nosocomio atiende un mayor número de personas con envenenamientos. Solo en el 2016, se presentaron 280 pacientes provenientes principalmente de Santa María La Ribera, Martín Carrera, Gustavo A. Madero, San Felipe de Jesús, Cuautepec, Amecameca, San Martín Teotihuacán y Ecatepec.
En conferencia de prensa, a la que asistió el director general del HJM, Martín Antonio Manrique, la doctora Escalante Galindo dio a conocer que el Centro de Toxicología es considerado el más importante de América Latina y el Caribe, por sus avances en la investigación en la región.
Para enfrentar las emergencias, en esta unidad opera el Banco de Antídotos y Antagonistas, equipado con tecnología y suficiente cantidad de dosis. Ofrece atención médica especializada, en el área de urgencias para adultos, terapia intensiva y consulta externa. También atiende intoxicación por consumo de medicamentos y exposición a cáusticos, ácidos o álcalis.
Desde hace 10 años, proporciona orientación telefónica. Recientemente, por redes sociales explica cómo se debe actuar en caso de un ataque de esta fauna. Además, lleva a cabo investigación y capacitación especializada del personal médico, así como a integrantes de la Cruz Roja y Protección Civil.
Asimismo, forma parte de la Red de Toxicología Latinoamericana y del Caribe que integra 23 centros. Expertos de esta unidad ha publicado nueve Guías de Práctica Clínica para el diagnóstico y tratamiento de mordeduras de arañas y serpientes venenosas.
Recientemente, autoridades del HJM firmaron un convenio para el traslado de pacientes a la unidad con el Grupo de Rescate del Estado de México, que agiliza la atención de este tipo de urgencias.
Explicó que la presencia de los animales con ponzoña obedece a la deforestación, el cambio climático y la transportación de frutas y verduras de las zonas rurales a los centros de abasto. Esta fauna peligrosa rápidamente, se adaptó al medio ambiente capitalino.
De acuerdo con cada especie, el tiempo de atención es vital, incluso la muerte. Si se trata de mordedura de víbora o picadura de alacrán, recomendó a la población no succionar el veneno ni cortar o colocar torniquetes, sino trasladarse inmediatamente al hospital más cercano. Para las arañas, los lesionados cuentan con menos de 24 horas para su atención.
En el Centro Toxicológico del HJM, el 40 por ciento de los pacientes llegan por automedicación; 30, por picadura o mordedura de animales de ponzoña; 10 por exposición a agentes cáusticos, y 20 por ciento restante por otras causas, como la inhalación de gases o el contacto con plaguicidas y algunas plantas.