Siguen saliendo más cuerpos de las fosas de Jojutla, no son lo que el gobierno registraba

Entre 2013 y 2014 la Fiscalía General del Estado (FGE) de Morelos inhumó 35 cadáveres en una fosa común del panteón municipal de Jojutla, sin embargo, hasta la tarde de ayer habían sido exhumados 57 cadáveres.

Hasta ahora, 15 días después del inicio de los trabajos de exhumación, el Fiscal General del Estado, Javier Pérez Durón, no ha explicado por qué fueron encontrados al menos 22 cadáveres más de los que no existe un registro oficial.

Ni el Fiscal, ni otra autoridad del Gobierno de Graco Ramírez ha informado por qué arriba de la primera cama de cuerpos enterrados en la fosa común fueron encontrados restos óseos humanos revueltos en 25 metros cúbicos de tierra.

Tampoco han entregado información a los familiares de personas desaparecidas, organizados en colectivos, sobre por qué fueron encontrados primero 45 cadáveres y en una segunda fosa, abajo de una capa de madera, 12 cuerpos más.

La Fiscalía no ha aclarado el motivo por el que la mayoría de los cuerpos no están acompañados de un número de Carpeta de Investigación iniciada por los hechos violentos en los que fueron privadas de la vida las personas inhumadas en la fosa.

Javier Pérez Durón no ha explicado por qué el Edil de Jojutla, Alfonso de Jesús Sotelo Martínez, tiene información sobre dos inhumaciones oficiales realizadas en la fosa común del panteón ni por qué la Fiscalía, única dependencia estatal autorizada para operar fosas comunes en Morelos, no cuenta con esa información oficial.

El Fiscal General del Estado no ha informado por qué a algunos de los cuerpos encontrados no se les practicó necropsia, ni cómo fue que llegaron a la fosa cadáveres maniatados, mutilados, decapitados, con los ojos tapados y uno con la cabeza envuelta en cinta canela.

Tampoco por qué fue encontrado el cadáver de un recién nacido sin la Carpeta de Investigación correspondiente.

Quienes han intentado responder algunas de esas preguntas son los familiares de personas desaparecidas que participan como observadores en los trabajos de exhumación.

Para ellos se trata de una fosa clandestina utilizada por grupos del crimen organizado para desaparecer los cadáveres de sus víctimas.

Otra de las preguntas que no ha sido respondida es por qué el Gobernador Graco Ramírez Garrido ha guardado silencio sobre las irregularidades detectadas en la fosa del panteón municipal de Jojutla.