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Crece violencia y se dispara el interés por licenciatura forense

Entre 2016 y 2017, las carpetas de investigación abiertas en la Fiscalía del Estado crecieron un 10%, aunque en lo particular, delitos como el de homicidio doloso aumentaron 18%. Y el de robo con violencia registró más del doble de denuncias ante el Ministerio Público.

Esa tendencia llevó a la Universidad de Guadalajara (UdeG) a realizar los estudios de pertinencia, de viabilidad y de factibilidad para abrir una carrera que desarrolle las ciencias forenses. Y, tras comprobar su necesidad, ésta iniciará el próximo ciclo escolar, con una amplia expectativa por parte de los aspirantes.

Tan sólo el primer día que se abrió el periodo de solicitudes, la Universidad recibió 72 para esa licenciatura, aunque de origen fue programada sólo para 35 alumnos.

“La verdad es que sí se va a valorar (crecer la matrícula). Sí rebasaron las expectativas las solicitudes que tenemos hasta hoy. Ya veremos si será necesario abrir un grupo extra”, reconoce la jefa del Departamento de Ciencias Forenses del Centro Universitario de Tonalá (CUTonalá), Karla Fabiola Vega Ruiz.

En su primer semestre, que inicia el próximo 13 de agosto, esa licenciatura ya es la tercera de mayor demanda en este centro universitario.

Pablo Quiroz Nuño, de la Unidad de Ingreso y Admisiones de la UdeG, informa que hubo 474 solicitantes que efectuaron su pago a esta carrera, en tanto que Derecho tuvo 581. Medicina es, por mucho, la carrera más solicitada: mil 195 aspirantes que también presentarán su examen de ingreso.

“La verdad es que nos llevamos una grata sorpresa”, dice Karla Fabiola. “Esto nos da una respuesta del interés que se tiene por esta cobertura (en materia forense)”.

No sólo desde la academia se pretende el desarrollo de estas habilidades. Las autoridades forenses registran una alta demanda que poco a poco los ha saturado. En áreas como psicología, genética y medicina forense la carencia es la misma: el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF) requiere más personal.

“Refuerzan” a Ciencias Forenses con 35 plazas; necesita 115 más
Harta de los golpes que sufría por parte de su novio, “Claudia” lo denunció. Se acercó al abogado Yair Valdivia y juntos formalizaron la queja ante el Instituto Jalisciense de la Mujer (IJM).

Presentó una denuncia penal e iniciaron las medidas cautelares para impedir que el individuo continuara acercándose a ella. “Pero para que el proceso continuara, el Instituto te envía, por oficio, al Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, al área de Psicología, para determinar si sufriste violencia”.

Allí empezó el problema, pues aunque la denuncia fue presentada en enero, la cita con la psicóloga quedó agendada hasta el 29 de septiembre. “Imagínate: un ínter de nueve meses y el montón de cosas que pueden pasar. Y mientras tanto, la investigación no avanza”.

Por suerte, y sólo por eso, las medidas de restricción asustaron al agresor y éste dejó de acercarse a “Claudia”. La joven decidió tocar otras puertas y encontró asesoría psicológica en el DIF de Zapopan. A su vez, la Policía Municipal realizaba recorridos constantes por su hogar para verificar que su ex novio se mantuviera lejos.

El Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF) tiene un problema que no se puede ocultar: carece de personal. Y ante esa realidad, el Gobierno del Estado finalmente accedió y autorizó 35 plazas adicionales para este 2018. El problema es que ese “refuerzo” significa apenas una cuarta parte del mínimo necesario: 150 más.

Luis Octavio Cotero Bernal, director del Instituto, agradece el añadido, pero reconoce que de ninguna manera el Instituto queda “holgado”. Adelanta que reforzará el área de Psicología, el “talón de Aquiles” del Instituto, y promete que se hará lo propio para reducir los tiempos de las citas hasta en un mes.

Para lograrlo, el IJCF se ha “puesto de acuerdo” con la Fiscalía del Estado y los jueces en materia familiar. “Los Ministerios Públicos nos pedían dictámenes de una manera indiscriminada y, en algunas ocasiones, innecesarios”.

En 2017, Ciencias Forenses recibió 144 mil solicitudes de dictaminación, que equivalen a 394 al día; o bien, 16 por hora. En proporción, cada trabajador de esa instancia tuvo 284 dictámenes a su cargo durante el año. La cifra es tan grande que, de acuerdo con el titular, sólo lograron resolver 116 mil: el 80 por ciento.

“Claudia” está dentro de ese porcentaje. Cerró su ciclo aunque, cuando lo hizo, legalmente no había mayor margen de maniobra. El 29 de septiembre acudió a su cita con Psicología Forense y sólo se presentó para no dejar de lado ese requisito en su proceso legal. Tal y como esperaba, nada ocurrió. “Ahí quedó la denuncia; ya no mandaron llamar a nadie”, lamenta su abogado.

Medio año en espera…
Si una persona acude al IJCF para agendar una entrevista con el psicólogo forense, deberá esperar. Quizás hasta seis meses, pues el departamento está abarrotado.

La Psicología Forense es un área que se relaciona con la investigación de todos los delitos, pero cuenta únicamente con 12 peritos que están distribuidos en tres distintas áreas. Hay días en los que cada uno recibe hasta 20 peticiones de dictámenes psicológicos.

En el año 2017 recibieron 13 mil peticiones, pero el personal sólo pudo atender la mitad.

Samanta Olivares Canales, encargada de ese departamento, reconoce con pesar que “ni en el IMSS” se agendan citas para medio año después.

Apoyo

Ante el arranque de la primera licenciatura forense, la UdeG prevé apoyar al Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses con personal que realice sus prácticas profesionales y servicios sociales, pero deberá esperar dos años más para que eso suceda.

Más puestos; menos presupuesto
Por un lado, el Gobierno del Estado autorizó 35 plazas nuevas para el Instituto de Ciencias Forenses; por otro, la instancia sobre la cual se sujeta el nuevo modelo de justicia penal recibió un recorte presupuestal del 6.4% para este 2018.

Desde que inició el sexenio de Aristóteles Sandoval, y hasta el año 2016, Ciencias Forenses operó con un presupuesto anual de 151.5 millones de pesos. La cifra incrementó a 191 millones en 2017, pero este año el presupuesto redujo a 178.8 millones: son 12.2 millones menos.

En contraste, el Supremo Tribunal de Justicia funcionará este año con 542.8 millones de pesos, lo que además de ser el triple de lo que ejercerá Ciencias Forenses, significa un incremento del 11% respecto a 2017: 488.6 millones.

El personal del Instituto está recibiendo capacitación para certificarse a escala internacional, de tal forma que cada peritaje practicado en el Instituto sea válido en todo el mundo. Y ese nivel de experiencia, apunta Cotero Bernal, requiere de un sueldo más digno.

“Estamos buscando la manera de obtener un mejor salario, de que el Congreso nos autorizara un salario más decoroso, porque no es tan sólo cumplir con la jornada regular. Por ejemplo, un perito en balística tiene su jornada de ocho de la mañana y sale a las ocho del día siguiente. En ocasiones le llegan armas y ese tipo de cosas a las siete de la mañana, y se tienen que quedar hasta que termine el dictamen y andan terminando a las 12, una o dos de la tarde y, pues son cosas que tenemos que aguantar”.

Actualmente, un perito con esa acreditación recibe un salario neto de entre 13 y 14 mil pesos mensuales, por lo que “no es el más digno”. El funcionario afirma que una de las áreas en donde hay más rezago es la que involucra una investigación por personas desaparecidas.

CLAVES

No sólo es la muerte

• El trabajo del IJCF no está únicamente en el estudio de los cadáveres. Los peritajes para esclarecer delitos que no involucran decesos también son constantes.
• Áreas como la de Psicología Forense usualmente lucen abarrotadas ante la alta demanda de resoluciones. Además, desde que el maltrato animal ha sido tipificado como delito, Ciencias Forenses debe practicar exámenes también en esos casos.
• En total, el Instituto cuenta con 28 áreas de investigación. Allí no sólo trabajan médicos forenses, sino psicólogos, psiquiatras, ingenieros, criminalistas, peritos en grafoscopía, contadores, topógrafos, geógrafos y ahora hasta agrónomos y médicos veterinarios.
• Este año, el Gobierno del Estado autorizó cinco autos más para el Instituto. Además, se reporta un avance importante en la construcción de una delegación en los municipios de Tequila y Zapotlán el Grande.

Nueve autopsias… ¡por día!
Uno de los trabajos que la gente relaciona de inmediato con el Instituto de Ciencias Forenses está en el Servicio Médico Forense (Semefo), donde los cuerpos son estudiados para conocer las causas exactas por las que las personas fallecen, especialmente durante el desarrollo de una investigación.

En ese sentido, la carga laboral de esa área siempre ha estado activa. Pero en los últimos años incrementó notablemente.

Eduardo Mota Fonseca, coordinador general técnico-operativo del Semefo, expone que, sólo en los Distritos 1 y 5, que involucran alrededor de 50 municipios (entre ellos los del Área Metropolitana de Guadalajara), el promedio anual es de tres mil 300 necropsias practicadas. Esto significa un promedio diario de nueve.

En el 2010, los médicos se encargaron de practicar dos mil 800 estudios, pero para el año pasado fueron tres mil 800. Son 10 cuerpos bajo estudio en 24 horas, para un personal compuesto por 12 médicos, quienes trabajan por turnos. “En los últimos tres años sí hemos visto una carga constante en nuestros horarios de la práctica de la necropsia. No es como hace 10 o 15 años, que llegabas al turno y había uno o dos… o ninguno, y realmente tenías descansos. Actualmente ya no existe eso”.

Acentúa que desde el 2010 se ha registrado un incremento notable en las personas que fallecen por heridas de arma de fuego. Seis de cada 10 decesos se atribuyen a esta causa.

Esa saturación ha traído consecuencias para los familiares de las víctimas, pues deben esperar hasta 36 horas para que los médicos concluyan un trabajo que no es sólo teórico sino práctico, y el cual demora un promedio de cuatro horas.

“Si hacemos nuestro protocolo de necropsia de forma rápida y sin hacer los requisitos indispensables para que el MP o el juez tomen una decisión, realmente nos estamos echando la soga al cuello y la investigación va a quedar inconclusa”.

A ello se suma la cantidad de muertes por causa natural que no deberían ser tratadas en el Instituto, pero que igual son solicitadas por las agencias del Ministerio Público. Entre 300 y 350 hechos de este tipo son estudiados por año. Otro problema es la identificación de los cuerpos, pues aunque existan familiares o conocidos en la escena del crimen, regularmente son trasladados sin identificar.

“Si el Ministerio Público o la Policía Investigadora hace un reconocimiento facial por medio de un familiar o testigo, y ya me lo manda con nombre, realmente va a ser más sencillo porque uno de los objetivos de la necropsia médico-legal ya está dada: la identificación de la persona”.

Tres meses en el refrigerador
De acuerdo con Eduardo Mota, coordinador técnico-operativo del Semefo, hay casos en los que los cuerpos sin identificar permanecen hasta tres meses en los refrigeradores. Cuando este periodo se rebasa, los cadáveres son enviados a un panteón forense de la Fiscalía.

Pese a la carga actual de trabajo, no hay registros de un colapso en las áreas de medicina forense del Instituto. No ha ocurrido así incluso durante episodios de crisis como los 26 cuerpos abandonados en los Arcos del Milenio.

Información del Informador
https://www.informador.mx/Crece-violencia-y-se-dispara-el-interes-por-licenciatura-forense-l201803090001.html

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