Los cuerpos de seguridad e inteligencia de Jalisco tienen conocimiento de al menos 40 células del crimen organizado dedicadas a desaparecer personas en la entidad. Ese es su modus operandi para combatir a rivales y amedrentar a pobladores extorsionados.
En ocasiones también levantan a personas inocentes, confundidas con miembros de bandas contrarias, como al parecer sucedió con los jóvenes estudiantes de cine capturados en Tonalá, de acuerdo con las primeras pesquisas de la Fiscalía local.
Algunos de estos escuadrones de sicarios, para ocultar los crímenes que perpetran (donde también se incluye el secuestro), optan por disolver en ácido cadáveres de personas previamente asesinadas a golpes, con objetos punzocortantes, o con armas de fuego.
De acuerdo con reportes oficiales, los grupos delictivos operan principalmente en la zona metropolitana de Guadalajara y sus municipios conurbados, pero también en ayuntamientos del interior del estado, sobre todo en aquellos ubicados en la costa sur.
La Comisión Estatal de los Derechos Humanos de Jalisco emitió un informe sobre desaparecidos el pasado 23 de marzo, en el que señala que en los cinco años de la administración del gobernador Aristóteles Sandoval han sido reportadas como “ilocalizables” 14 mil personas.
El reporte del ombudsman estatal documenta que la mayoría de las víctimas son jóvenes entre 19 y 25 años.
Sobre el caso de los jóvenes, la Fiscalía General del Estado de Jalisco cumplimentó dos órdenes de aprehensión por delitos de desaparición y homicidio en contra de Gerardo “N”, detenido por su relación con el asesinato de Javier Salomón, Daniel Díaz y Marco Ávalos, los alumnos de la Universidad de Medios Audiovisuales, privados de su libertad el 19 de marzo.
Funcionarios de la Fiscalía, consultados por MILENIO, señalaron que los crímenes en los que intervino Gerardo “N” se cometieron hace un año, y en ellos participaron otros integrantes de la misma célula criminal vinculada en la muerte de los tres estudiantes de cine.
Las personas asesinadas por Gerardo y sus cómplices eran distribuidores de drogas de Tonalá, al servicio del cártel de Jalisco Nueva Generación, que no pagaron ciertas cuotas.
El agente del Ministerio Público del fuero común integra más carpetas de investigación contra Gerardo, por su presunta relación con otros ilícitos, como robos y lesiones.
Por otra parte, en las declaraciones de los imputados ante la autoridad ministerial, quedó asentado que un sujeto apodado El Cochiloco, líder del grupo criminal responsable de la privación ilegal de la libertad, tortura y muerte de Javier Aceves, Daniel Díaz y Marco García, ordenó el asesinato de uno de los participantes en el crimen, identificado con el apodo de El Cazón, ya que temían que fuera a delatar con la policía a más involucrados en el asunto.
Testigos declararon que El Cazón tuvo “remordimiento” tras asesinar a los estudiantes, y… él corrió con la misma suerte: fue victimado de diez balazos en la calle 5 de Febrero, en la colonia San Carlos, en Guadalajara.
MILENIO dio a conocer en su edición del 25 de abril, que el otro detenido por el caso de la desaparición y muerte de los tres alumnos del CAAV, Christian Omar Palma Gutiérrez, mejor conocido como rapero QBA, cobraba la cantidad de 3 mil pesos semanales al cártel de Jalisco Nueva Generación por disolver cadáveres de personas asesinadas.
QBA y Gerardo “N” estaban bajo las órdenes de un sujeto identificado como El Cochiloco, jefe de plaza del cártel de Jalisco en Tonalá, esto según reportes de inteligencia de la fiscalía.
Las autoridades continúan en la búsqueda de otros seis miembros del grupo criminal relacionados con el asesinato de los jóvenes estudiantes, entre los cuales se encuentran personas apodadas El Kalimba y El Jetón.
Información del Telediario
http://www.multimedios.com/telediario/nacional/jalisco-40-narcocelulas-dedican-desaparecer.html