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Pese a la intervención del Estado y la Federación en la seguridad municipal de Acapulco, la violencia generada por el crimen organizado trastoca la seguridad y el desarrollo de la vida diaria de los habitantes del popular destino turístico mexicano.
Para Rogelio Hernández Cruz, líder de la unión de transportistas ‘Un nuevo horizonte para Guerrero’, ni pagando extorsiones a criminales, pueden laborar con seguridad en la ciudad.
No sabemos cómo consiguen los números de los secretarios de los sitios. A través de llamadas telefónicas les indican que hay que ir a bancos o a Oxxos a depositar cierta cantidad. Nadie conoce a nadie, no sabemos quiénes son, es una cuestión psicológica. Si son omisos, levantan a un chofer o rafaguean un sitio.
Pagar la extorsión no libra del peligro, porque sale otro grupo, se encelan si a un grupo si pagan y a otro no. No se garantiza la seguridad que se pague una cuota. Es un cuento de nunca acabar y lamentamos la pérdida de la vida de muchos compañeros que han caído buscando darle el sustento a su familia”, dijo Hernández en entrevista con Pascal Beltrán del Río para Imagen Radio.
La inseguridad, dijo, ha provocado el “deterioro económico de la clase trabajadora del volante”, ya que cientos de familias han quedado “desamparadas” y han emigrado de la ciudad para buscar una nueva forma de subsistir, al no contar ya con un integrante de la familia, en este caso, algún chofer asesinado.
Alrededor del 60 por ciento de taxis no trabajan en Acapulco. El 80 por ciento del transporte público ha dejado de trabajar en la noche ante el cierre de empresas y la inseguridad. Hay colonias incomunicadas y hay preocupación entre quienes trabajan en hotelería, restaurantes, y en la poca vida nocturna que hay, porque tienen servicio hasta las 9-10 de la noche, no más”, comentó Hernández Cruz.
El líder transportista dijo que la intervención de las fuerzas federales y estatales en la corporación municipal “es como si no hubiera pasado nada”, ya que sigue la violencia en el puerto; por lo que consideró que se requiere un verdadero trabajo de los tres niveles de gobierno, cambiar los mandos y trabajar con policías certificados para mejorar la seguridad.
Mi familia la tuve que salir de Acapulco hace 3 años por las amenazas sobre mi persona y a otros compañeros. Es muy difícil. Le rogamos a la autoridad, al presidente electo, que nos atienda de manera especial para que miles de familias regresen a Acapulco”, concluyó.
Información de Excélsior
https://www.excelsior.com.mx/nacional/inseguridad-asola-acapulco-ni-pagando-extorsiones-transportistas-trabajan-en-paz/1272211
