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Durante el Tercer Foro Extensionismo en el Desarrollo Rural y Seguridad Alimentaria, realizado en la Facultad de Ciencias Agropecuarias (FCA) de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), Lorenzo Alejandro López Barbosa, investigador de la Universidad Agraria Antonio Narro, afirmó que en México no hemos sido capaces de construir un modelo eficiente de extensionismo para mejorar el sistema de cultivo.
Como parte de las actividades por el 40 aniversario de la FCA, López Barbosa ofreció este 27 de marzo la conferencia titulada El perfil del extensionista rural mexicano y sus implicaciones en la subsistencia alimentaria, donde destacó que el extensionismo en México muestra discontinuidad en su operación y su propósito, y que está centrado en la búsqueda de la productividad, no en la mejora de la calidad de vida de la población rural ni en la sustentabilidad de los sistemas de producción.
Presentado por el director de la FCA, José Eduardo Bautista Rodríguez, el investigador planteó que los extensionistas, en su mayoría agrónomos, llevan adelante iniciativas y proyectos de desarrollo orientados a pequeños productores para capacitarlos en nuevos procesos asociativos y tecnológicos, pero no han logrado construir un modelo acorde a las circunstancias que viven los pequeños productores.
Frente a este panorama, López Barbosa dijo que justo el objetivo de los agrónomos es darle viabilidad alimentaria al mundo, de ahí que es necesario proporcionar resultados sostenibles mediante un sistema agroalimentario de carácter dinámico porque en la actualidad, los extensionistas están bajo el control de las corporaciones orientadas al rendimiento de los cultivos y ganancias, haciendo uso de las energías fósiles y no a la seguridad alimentaria que surge de un enfoque de transferencia de tecnología.
El investigador presentó los avances en los resultados de una encuesta con 5 mil 500 muestras de extensionistas contratados por el gobierno en el pasado sexenio, que se realizó en su universidad, con datos que arrojan que Guerrero, Chiapas, Veracruz, Puebla y Oaxaca, son los estados donde trabajan el mayor número de extensionistas. Mientras que Morelos, seguido de Oaxaca, Querétaro, Baja California Sur y Ciudad de México, son las entidades con mayor porcentaje de mujeres contratadas.
En la encuesta también se identificaron los conceptos que tienen los extensionistas de su trabajo, con un 12 por ciento que cree que su labor es el intercambio creativo de saberes, ideas y visión para fortalecer la seguridad y la soberanía alimentaria; el 24 por ciento lo identifica como un proceso de comunicación con los productores para definir y atender necesidades que fortalezca sus condiciones de vida; y el 64 por ciento, lo asocia a un proceso de transferencia de tecnología a través del desarrollo de capacidades y la asociatividad productiva.
Con estos resultados, planteó López Barbosa, es visible que predomina en los extensionistas el modelo transferencista, por lo que propuso transitar a un modelo dialógico que reconozca el saber local de los productores, donde exista un diálogo con los extensionistas para construir juntos propuestas que solucionen sus problemas.
Finalmente, al dirigirse a los estudiantes de la FCA, productores y extensionistas que acudieron al foro, sugirió que desde la Universidad es necesario replantear prácticas institucionales para favorecer procesos de aprendizaje, que en parte ya se dan de manera espontánea en la práctica.
