Como una iniciativa del Centro de Investigación en Ciencias Sociales y Estudios Regionales (Cicser) de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM) y el seminario permanente Estado, política y sociedad en América Latina, este 4 y 5 de septiembre el historiador y académico Emilio Kourí, ofreció las conferencias Repensar el zapatismo y Los pueblos en la historia de México, en la sala de conferencias del Instituto de Investigación en Humanidades y Ciencias Sociales y en el auditorio de la Facultad de Farmacia, respectivamente.
Emilio Kourí es director del Centro de Estudios Mexicanos Friedrich Katz y autor de libros como Un pueblo dividido: negocios, propiedades y comunidad en Papantla, México, Aspectos económicos de la desamortización de las tierras de los pueblos, y Revolución y exilio en la historia de México: Homenaje a Friedrich Katz.
El director del Cicser, Horacio Crespo, dio la bienvenida al también profesor en el Departamento de Historia de la Universidad de Chicago, Emilio Kourí, quien presentó la conferencia de este día titulada Los pueblos en la historia de México.
Explicó que antes del siglo XIX no existe ningún documento en el que se utilice la palabra agrarismo, porque dicho concepto surgió para legitimar el reparto de tierras conforme al ejido, una manera de propiedad que otorga derechos sobre la tierra a un pequeño grupo político conocido como ejidatarios.
El ejido se creó al finalizar la Revolución Mexicana para legitimar el nuevo Estado y nada tenía que ver con los ideales zapatistas, donde los Ayuntamientos como autoridad política de los pueblos originarios ya no tienen poder sobre la propiedad territorial; la autonomía que pregonaba el zapatismo tuvo que ver no sólo con la elección de autoridades, sino con su interés político de recuperar las tierras despojadas, “porque no se puede ser libre y autónomo sin los recursos terrenales como montes, ríos y pastizales», dijo.
El día de ayer en la conferencia Repensar el zapatismo, Emilio Kourí expresó que el fortalecimiento de las capacidades fiscales y de autogobierno de los municipios se perdieron después de la muerte de Emiliano Zapata, por lo que desde entonces y en todo el siglo XX, crecieron débiles y dependientes de los estados y la federación.
“La esencia del zapatismo fue el poder de los municipios y las repúblicas de los pueblos indios, su autonomía, su autogobierno político, un aspecto de esa historia que no ha sido estudiado ni meditado lo suficiente, a diferencia del tema de la tierra que acapara los espacios cuando se habla de zapatismo”, dijo.
Los ejidos que fueron repartidos con Venustiano Carranza y luego con Álvaro Obregón, dijo Emilio Kourí, fueron fracciones de tierra separadas del poder municipal, sin poder político propio, dependientes de las burocracias agrarias, de los diputados y los caciques locales.
«No se entendió al zapatismo como la distribución equitativa de la tierra sino como parte de un proceso político más amplio de democratización, lo que limitó a los campesinos su participación en las decisiones políticas y que volvieran a ser otra vez marginadas», dijo Emilio Kourí.
En ese sentido, expresó que el zapatismo es un tema vivo porque los problemas que no se resuelven en el pasado surgen de nuevo en el presente, reflejo de ello son los vacíos de autoridad que hoy en día viven los municipios, la falta de recursos y capacidades para gobernar.
Finalmente, Emilio Kourí invitó a los asistentes a participar en el proceso de investigación de la historia, que requiere una manera de leer más allá de los documentos, además de vincularse con las problemáticas más cercanas de una localidad.