
Nuestras reservas naturales comienzan a perderse por invasiones irregulares como ejemplo el Texcal y hoy tocó el turno a Parque Nacional Tepozteco que por increíble que parezca un incendio dejó al descubierto la construcción de chozas en la zona.
Los vecinos de Tepoztlán quienes han buscado preservar su medio ambiente pidieron auxilio a través de las redes sociales para sofocar lo que parecía desde lejos un incendio forestal.
Cuando llegó Protección Civil y la Brigada de Contingencias de la Secretaría de Desarrollo Sustentable se percataron que el incendio era de una choza que ilegalmente fue construida en la zona conocida como corredor de los conejos del cerro Ocelotzin.
Hay gente sin ningún escrúpulo que se adueña de la tierra sin importar que se trata de áreas naturales protegidas desde hace 85 años.
La Secretaría de Medio Ambiente informó que esta Área Natural Protegida fue decretada Parque Nacional el 22 de enero de 1937, tiene paisajes de extraordinaria belleza y riqueza forestal constituida por sabinos, ahuehuetes, ceibas, cazahuates, mezquites, zacate de escobillas y zacatonal alpino.
Sus 24 mil hectáreas son hábitat del venado cola blanca, el lince, la codorniz coluda neovolcánica, las víboras de cascabel oceladas y las pigmeas mexicanas, así como las de bandas cruzadas.
Se ubica entre los municipios de Cuernavaca, Yautepec, Tlalnepantla y, mayormente Tepoztlán, en la zona norte del estado de Morelos, y parte de la delegación Milpa Alta, al sur de la Ciudad de México.
Este reservorio tiene su joya, el conejo de los volcanes (Romerolagus diazi), el teporingo o zacatuche, el más pequeño de la familia de mamíferos lagomorfos –después del conejo pigmeo (Brachylagus idahoensis) especie endémica de esta pequeña región geográfica mexicana.
La cultura prehispánica también se resguarda en esta Área Natural Protegida. En la cima del cerro Tlahuiltepec se conserva un templo azteca, la Casa del Tepozteco, consagrado a Ometochtli-Tepoxtécatl dios del pulque, la fecundidad y la cosecha, una pirámide construida entre 1200 y 1300 D.C., a 600 metros sobre el Valle de Tepoztlán.
Por toda esa riqueza se deben evitar que la zona se pierda por invasores o depredadores de bosques.