Desde hace 40 años doña Agustina Nava Pérez vecina de Tlaltizapán a cumplido con la tradición de vestir al «Niño Dios» en estas temporadas de la Virgen de la Candelaria.
Y esta ocasión fue especial, pues asegura que el niño le dio la salud que necesitaba, ya que, estuvo hospitalizada debido a una enfermedad que la puso grave, su familia le pidió al Niño Dios por la Salud y ahora por su propio pie fue a vestirlo. Doña Agustina afirma aseguró que son actos de fé y amor los que salvan a las personas que creen en el Niño Dios.
Por otro lado, expresó que año con año se elevan los precios para arreglar y vestir al Niño Dios, ello dependiendo el tamaño, pues a ella el «Niño Doctor» le costó 260 pesos.
La tradición dicta que después de bendecir al «Niño Dios» viene la degustación de los Tamales y más tarde la comida con los seres queridos.
En las calles de los municipios de la zona sur se pueden ver familias cargando a los niños, en el transporte público; como pueden, con tal de cumplir con la fe. Además de que se genera una reactivación económica.